MADRID, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en República del Congo cree que la atención humanitaria a los desplazados en la región de Impfondo ha mejorado gracias al refuerzo de la seguridad.
"Ha habido una mejora desde el pasado marzo. La seguridad se ha restablecido y la (misión) humanitaria, incluidas las agencias de la ONU, puede llevar ayuda al pueblo de esta región", dijo el presidente de ACNUR en el país africano, Daniel Roger Tam.
Esta región del norte del país acoge a cerca de 120.000 civiles de la vecina República Democrática del Congo (RDC), los cuales huyeron a finales de 2009 de los combates entre las comunidades enyele y munzaya por la pesca en los ríos y la propiedad de las tierras de la provincia de Ecuador.
La inseguridad en algunas zonas de la cuenca del río Ubangi, que separa República del Congo de la RDC, había dejado aislados algunos núcleos de población, mientras que en la localidad de Ngondola se registraron cuatro secuestros a finales de marzo.
En el distrito de Betou, el coronel Jean Dominique Engamba explicó que "la situación de seguridad en la carretera del sur cambió a raíz del refuerzo del Ejército congoleño". "Hemos tomado medidas para mejorar la seguridad de los refugiados y la población local a lo largo del Ubangi", señaló Engamba. En Betou hay 54.000 desplazados. El Programa Mundial de Alimentos (PAM) prepara una campaña de distribución para atender a todos los damnificados.
Al mismo tiempo, el secretario general de Mombenzele, Saturnin Abomé, adelantó que la situación debe mejorar como consecuencia de la rendición de Odjani Mangbama, líder de los rebeldes enyele. Actualmente Mangbama se encuentra bajo custodia policial en la capital del Congo, Brazzaville.
El Gobierno de la RDC ha instado a los refugiados a volver a sus hogares, pero éstos se muestran reacios, informó la agencia de noticias humanitaria de la ONU, IRIN.
Muchos creen que la fuerte presencia militar en Ecuador es una razón para no volver a sus lugares de origen. Los soldados han sido frecuentemente acusados de violación de Derechos Humanos de la población civil. Además se cree que entre los refugiados se han infiltrado multitud de insurgentes.
