Actualizado 25/06/2009 21:36

AI advierte de la "muy frágil" situación de los DDHH en Zimbabue, donde impera una "cultura de la impunidad"

La secretaria general de AI afirma que no hay una voluntad política para reformar el sector de la seguridad


MADRID, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -

La secretaria general de Amnistía Internacional, Irene Khan, aseguró hoy que la violencia en Zimbabue ha bajado considerablemente en comparación a la registrada el año pasado tras las elecciones, aunque advirtió de que aún existe una situación "muy frágil" respecto a los Derechos Humanos en el país africano, donde impera una "cultura de la impunidad".

Tras su primera visita oficial al país, Khan recordó que "abogados, sindicalistas, periodistas y defensores de los Derechos Humanos están siendo amenazados", y aseguró que hay una campaña de intimidación. También denunció que las fuerzas de seguridad arresten a los "manifestantes pacíficos", y comentó que cuando realizaron una conferencia de prensa en el país, unas mujeres que se manifestaban fuera del Parlamento fueron detenidas por la Policía.

La secretaria general de AI señaló, no obstante, que lo más grave de todo es que no han encontrado una "voluntad" política para reformar el "sector de la seguridad", que calificó como "absolutamente esencial", en una entrevista concedida a la emisora estadounidense NPR.

Khan afirmó que los problemas económicos y sociales siguen siendo muy grandes, que el sistema educativo "está en crisis" y el sistema sanitario "colapsado". Asimismo, el estado de las viviendas es malo y el desempleo continúa siendo un problema. También criticó la situación de seguridad en la nación africana, por lo que recomendó que las personas que fueron a otros países a causa de la violencia no regresen de golpe a sus hogares.

MUGABE

Por otra parte, lamentó no haber podido reunirse con el presidente, Robert Mugabe, pero sí lo hizo con uno de los vicepresidentes y con varios miembros del Gobierno, los cuales reconocieron la existencia de "violencia política", aunque no tienen una respuesta conjunta para el problema. Algunos de los funcionarios con los que se reunió, indicó, incluso reconocieron que esa violencia estaba motivada por los políticos para acabar con la oposición.

En este sentido, aseguró que varios de los políticos zimbabuenses afirmaron que lo que había que hacer es "dejar pasar el tiempo" ya que "nada va a cambiar" en el país. También resaltó que Amnistía Internacional ha encontrado muy poco interés en la lucha contra la impunidad, por lo que "muchos de los responsables de la violencia siguen en el poder".

Como ejemplo, explicó, los mandos medios de la Policía afirman haber recibido órdenes para no aceptar las denuncias relacionadas con la violencia política, por lo que las víctimas están "enfadadas y frustradas" al ver que las agresiones quedan sin resolver y que no ha cambiado gran cosa en el país.

Además, resaltó que a pesar de que su equipo tuvo una completa libertad de movimiento en Zimbabue y que les permitieron reunirse con todos los que quisieron, los ciudadanos tienen miedo y en ocasiones mantuvieron reuniones de incógnito para que las autoridades no supiesen con quién se habían encontrado. Asimismo, advirtió de que la población "teme que la violencia pueda resurgir".

DEFENSA DE LOS DDHH

En cuanto a su reunión el martes en Londres con el primer ministro, Morgan Tsvangirai, comentó que éste "reconoció la frágil situación de los Derechos Humanos" en Zimbabue aunque advirtió de que "no defenderá lo que es indefendible", y que está comprometido con las previsiones sobre Derechos Humanos incluidas en el acuerdo para la formación del gobierno de unidad.

Por ello, dijo que ahora lo importantes es "vigilar de cerca" los próximos acontecimientos, que demostrarán si Tsvangirai, un hombre que en palabras de Khan "ha sufrido la violencia política en sí mismo", es capaz de llevar el cambio al Gobierno. Aun así, advirtió de que el problema es que la estructura política de Zimbabue podría no permitir ese "cambio" que el líder político intenta introducir.

Khan advirtió de que incluso los miembros del partido del Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), de Tsvangirai, son escépticos dado que "siguen siendo amenazados cada día".

El partido de Mugabe, el ZANU-FP, tiene el control de todo el sistema de seguridad, mientras que Tsvangirai está al cargo del sector social, en especial intentando mejorar el sector sanitario, según la activista.

En cuanto a las acusaciones de que el ZANU-FP está ganando dinero gracias a la ayuda humanitaria que recibe de los donantes, aseguró que AI tiene pruebas de que el "sistema de distribución de alimentos está siendo manipulado" por los aliados de Mugabe para asegurarse de que no llegue a la disidencia política. También recordó que continúan los asaltos a granjas y cultivos, como el del tabaco, y que algunas veces los partidarios de Mugabe se quedan con las cosechas de los campesinos.

Por último, aseguró no hay que perder la esperanza de un cambio acerca de los Derechos Humanos en Zimbabue, y que Amnistía Internacional seguirá trabajando y reuniéndose con los ciudadanos para lograrlo, aunque queda "un camino muy muy largo". Finalmente, hizo un llamamiento a los donantes para que sigan invirtiendo en el país y en la ayuda humanitaria, y que al mismo tiempo sigan presionando.