Actualizado 10/11/2010 14:34

Casi cuatro de cada cinco españoles respira aire perjudicial para su salud, según Ecologistas en Acción

Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao y Sevilla, así como las zonas más industrializadas, áreas con peor calidad del aire


MADRID, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -

Un 79 por ciento de la población española, es decir, 36,9 millones de personas, respira aire que supera los índices de protección a la salud recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según el 'Balance de la contaminación del aire en el Estado español durante 2009' presentado por Ecologistas en Acción.

Concretamente, el informe señala que un 14 por ciento, 6,6 millones de personas, respira aire contaminado, ya que en estos casos se superan los límites de contaminación que marca la legislación. Así, el principal agente contaminador del aire es el tráfico en las zonas metropolitanas.

La organización subraya que, a pesar de la "gravedad" de la situación, las administraciones no están adoptando las medidas necesarias para solventar este problema, que provoca 16.000 muertes al año en España y 400.000 en toda Europa, según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM).

En todo caso, el informe señala que en 2009 continúa la tendencia de ligera mejoría ya iniciada en 2008, sobre todo por el efecto de la crisis, es decir, por razones coyunturales más que por la aplicación de medidas planificadas y orientadas a reducir esta contaminación.

Concretamente, según ha explicado el portavoz en esta materia de Ecologistas en Acción Paco Segura, el estudio revela que la reducción de la movilidad originada por la crisis, provocó una caída del 5,1 por ciento en el consumo de combustibles para la automoción en 2009 y un 4,2 por ciento menos de tráfico en las ciudades, así como un descenso del 18 por ciento en la venta de vehículos, pero un aumento del 42 por ciento en las ventas de coches "más pequeños, menos contaminantes y más eficientes".

Asimismo, ha apuntado que la disminución del consumo eléctrico hizo que se utilizaran más fuentes renovables y un 13 por ciento menos las centrales térmica. A esta mejoría también ayudó la meteorología que, al ser más inestable, favoreció la dispersión de los contaminantes.

El estudio pone de manifiesto que los contaminantes que más problemas de salud originan en el Estado español durante 2009 son las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), el ozono troposférico (O3) y el dióxido de nitrógeno (NO2), pero para la valoración del porcentaje de población española que respira aire contaminado sólo se han tenido en cuenta las partículas más grandes, PM10, y el NO2.

El trabajo analiza la calidad del aire que respira la práctica totalidad de la población española (46,7 millones de personas en enero de 2009). Los datos utilizados provienen de los que facilitan las Administraciones autonómicas a partir de sus redes de medición de la contaminación.

Por ámbitos geográficos, las ciudades con peor calidad del aire a Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao, así como los grandes polígonos industriales. De este modo, según datos que maneja la organización, se estima que en Madrid, Bilbao y Sevilla viven con niveles diarios por encima de 50ug/m3, lo que origina la muerte de unas 1,4 personas por cada 100.000 habitantes a corto plazo y 2,8 muertes prematuras anuales por cada 10.000 habitantes en un periodo e hasta 40 días tras la exposición. A largo plazo, la cifra se eleva a 68 fallecidos por cada 100.000 habitantes.

MÁS TRANSPORTE COLECTIVO

De este modo, los responsables de la campaña de calidad del aire de Ecologistas en Acción e materia de aire, Paco Segura y Mariano González, han destacado las propuestas del estudio para mejorar la calidad del aire en España, unas medidas que pasan por el fomento del transporte colectivo y desincentivar el uso del vehículo particular, porque "aquellas zonas con más congestión de tráfico son las más contaminadas, sobre todo por dióxido de nitrógeno".

Igualmente plantean la construcción de menos autovías en favor de un mayor número de carril bus-vao; limitar la reducción de la velocidad de 120 a 90 kilómetros por hora, para reducir un 25 por ciento el consumo; a 100 en autovías y autopistas; a 80 kilómetros por hora en el acceso a las ciudades, como ya lo ha hecho Barcelona; y a 30 kilómetros por hora en las áreas residenciales.

Además, insisten en la necesidad de fomentar la movilidad urbana sostenible, favoreciendo al peatón y a la bicicleta, mejorando el transporte público e introduciendo nuevos medios de transporte colectivo poco utilizados en la actualidad, como el tranvía.

Finalmente, insisten en que todas las medidas se integren en un plan de mejora que incluya campañas de sensibilización y de información a los ciudadanos ya que, a su juicio, en la actualidad los datos sobre la calidad del aire que ofrecen las distintas administraciones son escasos, deficientes o, en algunos casos no se facilitan.