Actualizado 12/02/2010 15:42

AMPL.- Cae la red de proxenetas que explotaba a las prostitutas nigerianas de La Rambla de Barcelona

Recurrían al vudú para crear un vínculo de fidelidad e impedir que denunciaran a sus captores


BARCELONA, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los Mossos d'Esquadra desarticularon el martes a la banda de proxenetas que explotaba a las prostitutas nigerianas de La Rambla y que controlaba el 50 por ciento de la prostitución de este país en Barcelona, a las que sometía mediante ceremonias de vudú celebradas en su país de origen, que creaban un fuerte vínculo de fidelidad y silencio entre ellas y sus captores, que les llegaban a pedir hasta 50.000 euros por su viaje a España.

En rueda de prensa, el inspector jefe del Área Central de Crimen Organizado de los Mossos, Jordi Ollé, explicó hoy que las captaban en Nigeria bajo la falsa promesa de un trabajo de peluquería, las sometían a una ceremonia de vudú, y luego las trasladaban vía terrestre hasta Rabat o Libia, desde donde cruzaban en patera hasta la costa de Andalucía para llegar luego a Barcelona, donde eran "esclavizadas".

En la operación Vudú, que ha durado nueve meses, los Mossos han detenido a nueve personas nigerianas de entre 32 y 39 años, ocho de las cuales ya está en prisión y una quedó en libertad -la madame de un mueblé registrado en Barcelona--, y emitieron cinco órdenes internacionales de búsqueda y captura, aunque a los brujos que practicaba las ceremonias no les han podido imputar.

Los proxenetas las tenían amenazadas a ellas y a sus familias, y en alguna ocasión las agredieron y dieron palizas a familiares en Nigeria --se sospecha que pudieron asesinar a la madre de una de ellas--, llegando a secuestrar a menores para asegurarse de que las mujeres pagaban su deuda, aunque cuando la sufragaban, quedaba en libertad, según Ollé.

En total, una cincuentena de mujeres, ninguna menor, estaban sometidas a la organización por una "triple amenaza" --el rito vudú, las coacciones y el desamparo al no conocer el idioma ni a nadie-- y ahora los Mossos d'Esquadra contactarán con unas 30, que ya tienen identificadas y localizadas, para ofrecerles la posibilidad de declarar contra la red, y las que cooperen podrán acogerse a la regularización extraordinaria.

La investigación se inició a raíz de una denuncia de una de las prostitutas, que había "llegado al límite" ya que su madre murió en extrañas circunstancias en Nigeria después de estar amenazada, y ella misma había recibido palizas por las que estuvo hospitalizada.

"Con la ceremonia de vudú se quedan con su alma, que queda en manos de espíritus que le harán daño a ella y a su familia", explicó Ollé, que relató que las mujeres se someten a dicha liturgia para asegurarse que salga bien el viaje -que sí saben que se va a realizar en condiciones de clandestinidad, si bien desconocen que luego serán obligadas a prostituirse--.

Con este vudú las mujeres "contraen una obligación de fidelidad con la organización que la trasladará" con un pacto de no denunciarles y tienen "miedo" porque creen "fervientemente" en este rito, según concretó el inspector de los Mossos.

RED ORGANIZADA Y JERARQUIZADA

La red, que llevaba actuando en Barcelona como mínimo desde 2006, estaba perfectamente organizada y jerarquizada, con una parte que actuaba en Barcelona y la otra en Nigeria, en la que había lo que ellos denominaban 'protectores', que eran quienes las captaban y registraban los datos de sus familiares para posteriores extorsiones, los 'guardianes', que las custodiaban en su viaje, y los 'controladores' que las vigilaban en Barcelona.

Cuando llegaban a la ciudad descubrían que habían sido engañadas y que debían liquidar una deuda de entre 40.000 y 50.000 euros en seis meses, --que "difícilmente" pagaban--, por lo que además de prostituirse, cometían pequeños hurtos a turistas y clientes en las zonas donde operaban, especialmente La Rambla, el entorno del Camp Nou, la calle Wellington, les Glòries y polígonos industriales de Mataró.

Estaban sometidas a un "fuerte control" ya que algunas de las mujeres de la organización eran las que les suministraban los clientes, pactaban los precios y las vigilaban hasta que se adaptaban y empezaban a ir por libre.

En este sentido, Ollé señaló que una vez pagada la deuda, muchas de las chicas, como llevaban tres o cuatro años con esta actividad, no sabían hacer nada más, por lo que en ocasiones seguían con la prostitución.

La organización --que también se dedicaba al tráfico de droga-- utilizaba tarjetas de crédito robadas para realizar compras por Internet de ordenadores y aparatos electrónicos, y también para pagarse los viajes a Nigeria, según constataron los investigadores al registrar seis domicilios de Barcelona, Santa Coloma de Gramenet, L'Hospitalet de Llobregat y Montornès del Vallès, donde también encontraron pistas con la contabilidad de las chicas.

Les imputan los delitos de lucro y coacción a la prostitución, inmigración clandestina para la explotación sexual, asociación ilícita, usurpación de estado civil, detención ilegal y estafa.