Actualizado 07/04/2010 12:43

Emakunde defiende que las ordenanzas municipales no deben tratar la prostitución como un problema de orden público

VITORIA, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Instituto Vasco de la Mujer, Emakunde defendió hoy que la prostitución "es un fenómeno social complejo que necesita también respuestas complejas", por lo que "no se puede tratar únicamente como un problema de orden público prohibiendo su ejercicio en los espacios públicos, tal como se está planteando hacer a través de ordenanzas municipales en distintos municipios de la Comunidad Autónoma vasca".

En un comunicado, Emakunde afirmó que considerar la prostitución únicamente como un problema de seguridad "impide entrar en consideraciones fundamentales" como la defensa de los derechos de las mujeres que la ejercen y "dificulta" reflexionar sobre otros aspectos que "influyen decisivamente" en su existencia y subsistencia como son las relaciones desiguales de poder entre mujeres y hombres y la pobreza que se deriva de dichas relaciones desiguales.

Por ello, consideró que "en lugar de multar a quienes ejercen la prostitución en la calle, lo prioritario y urgente es mejorar la calidad de vida de las mujeres que aquí y ahora ejercen la prostitución y que se encuentran en una situación de exclusión social".

"Es necesario establecer acciones de regulación en el ámbito de la salud, formación, empleo, servicios sociales y seguridad ciudadana para la mejora de la situación de estas mujeres", subrayó.

Asimismo, recordó que hasta la fecha, la intervención de las administraciones públicas en esta materia se ha venido articulando, básicamente, mediante la concesión de ayudas y subvenciones a "agentes sociales más o menos especializados en el trabajo con el colectivo de mujeres que ejercen la prostitución".

En este sentido, Emakunde defendió que se plantea la necesidad de un "salto cualitativo" para configurar una actuación pública "estructurada, coordinada y eficaz", que, desde una perspectiva de servicio público, "garantice unos umbrales mínimos de calidad y estabilidad en la intervención a lo largo del tiempo".

"Estas acciones encaminadas a mejorar la calidad de vida de las mujeres que ejercen la prostitución no nos deben hacer olvidar que, aunque existen personas que de modo voluntario deciden dedicarse a esta profesión, en muchos casos lo hacen de forma forzada, lo que supone uno de los ejemplos más dramáticos de la anulación de la dignidad humana", concluyó.