Actualizado 22/01/2013 17:43

Exteriores investigará a diplomáticos españoles que protegieron a judíos durante el Holocausto para "reconocer" su labor

Margallo destaca labor de quienes protegieron a judíos
EUROPAPRESS

El presidente de la Federación de Comunidades Judías de España afirma que España "no es un país antisemita"


MADRID, 22 Ene. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Asuntos Exteriores, Manuel García Margallo, ha anunciado que el Ministerio de Asuntos Exteriores va a ordenar un trabajo de investigación sobre la labor de los diplomáticos españoles de aquella época, para así "sacar a la luz a los justos que aún no han sido reconocidos", en el acto celebrado en el Senado con motivo del Día Oficial de la memoria del Holocausto y la prevención de los crímenes contra la humanidad.

En este sentido, ha recordado a los diplomáticos, como Ángel Sanz Briz, que "supieron estar en ese momento a la altura de las circunstancias" y dieron protección y salvación a muchos judíos "aun a riesgo" de las consecuencias.

Asimismo, ha destacado el "compromiso del gobierno y personal" en la lucha contra el antisemitismo y todas las formas de discriminación a través de la tipificación en la modificación del Código Penal de las conductas negacionistas o del permiso para la adquisición de la nacionalidad española por parte de los judíos sefardíes. Además, ha asegurado que, desde su Ministerio también honran el legado judío "que tanto enriqueció a España" y pretenden "incorporar ese legado a la marca España".

Sin embargo, ha afirmado que "es imposible sentir plenamente el horror y sufrimiento que las víctimas del Holocausto experimentaron" y ha subrayado que esa "vergonzante" realidad debe hacer reflexionar sobre el lenguaje del odio que "entonces y ahora, es corrosivo y peligroso" y sobre la "corrupción moral". Por ello, ha instado a "denunciar y airear con rotundidad cualquier atisbo de negación de los Derechos Humanos, y cualquier discriminación por cualquier razón".

LA DEMOCRACIA, UNICO ANTIDOTO

Por otro lado, el presidente del Senado, Pío García-Escudero, y el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, han defendido la democracia y el sistema de valores que lo sustenta --libertad, igualdad y justicia-- como "único antídoto" contra el caldo de cultivo en que pueden brotar los crímenes contra la humanidad y las violaciones arbitrarias y sistemáticas de los DDHH.

"Debemos saber dónde están los peligros, en la intolerancia de quienes confunden lo diferente con lo hostil, en la ira ciega de los fanatismos políticos o religiosos, en el populismo que siempre busca tajada en las dificultades o en ese relativismo que incluso duda del supremo valor universal de la libertad y la dignidad humana", ha destacado Pío García-Escudero.

Además, ha recordado que el Holocausto hunde sus raíces en "una larga tradición de antisemitismo con respecto a la cual la historia de España no es ajena" y ha indicado que "ignorar el pasado es tanto como perderse en un limbo de irresponsabilidad". Por ello, ha señalado que es "obligación moral" no olvidar jamás los millones de asesinatos a judíos, gitanos, homosexuales y disidentes políticos, "todos distintos pero todos iguales por su común dimensión humana".

Por su parte, Ruiz-Gallardón, ha alertado de que el Holocausto fue posible por una inversión de valores, que entre otras cosas, "corrompió la noción de Estado de Derecho, pues hubo leyes, tribunales que ampararon la arbitrariedad".

Según ha indicado, el carácter traumático del Holocausto procede "no solo de la magnitud del crimen sino sobre todo de su poder manipulador del individuo, de las instituciones, del Estado mismo, de su habilidad para pervertir los mecanismos técnicos y científicos puestos a su disposición".

No obstante, ha defendido que España, "desde la más profunda herida, dolor y vergüenza que para su historia supuso la expulsión de los judíos de la que era su patria" es hoy uno de los países "más avanzados" en el compromiso de castigar las conductas de incitación al odio o la violencia, incluyendo la divulgación de escritos o imágenes y la apología, trivialización o negación de los crímenes.

"No toda violencia es equiparable al Holocausto pero aún sin caer en esa banalización es preciso que nos mantengamos alerta ante los elementos que un día estuvieron involucrados en semejante demencia: la deshumanización del otro, el rechazo de las identidades distintas, echarse en brazos del populismo siempre ávido de falsos culpables, el embotamiento moral que conduce a la indiferencia, el fanatismo ideológico social o religioso, todo ello representan formas de intransigencia que no podemos pasar alto", ha remarcado.

"ESPAÑA NO ES ANTISEMITA"

Por su parte, el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Isaac Querub, ha indicado que España "no es un país antisemita" pero ha advertido de que, no obstante, "subyace cierta judeofobia" desde la expulsión de los judíos en 1492.

Querub ha apuntado que Israel es para un sector de la opinión pública española "lo demoníaco indefinible" y que, "por eso nadie o casi nadie se dice antisemita, pues suena mal, sino solo antisionista". Por ello, considera la más urgente exigencia moral "denunciar tal camuflaje, mostrar hasta qué punto todas los lugares comunes, todas las abominaciones comunes del antisemitismo clásico son recuperadas hoy bajo la denominación más inocente del antisionismo".

"Esa sombría ideología que priva a Israel de aquello que a toda otra nación sin distinción de credos se le reconoce, la potestad de defenderse frente a cualquier proyecto militar de destruirla y que no deja a Israel así más alternativa moral que la de dejarse aniquilar por quien desea hacerlo", ha añadido.

En cualquier caso, Querub ha asegurado que la comunidad judía saluda las anunciadas reformas de los artículos 510 y 607 del Código Penal así como la de la legislación que permitirá a los judíos sefardíes adoptar la nacionalidad española. Además, reclaman a la comunidad internacional que siga "el ejemplo de coherencia y valentía del Gobierno de Canadá".

En el acto también han estado presentes, entre otros, el embajador de Israel, Alon Bar, el embajador en misión Especial para las Relaciones con la Comunidad y Organizaciones Judías, Álvaro Albacete y el vicepresidente del Consejo Estatal del Pueblo Gitano, Antonio Vázquez.