Actualizado 08/04/2010 10:17

Franklin Pelegrino deja la huelga de hambre para sumarse a la "lucha pacífica por la democracia en Cuba"

MADRID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -

El opositor cubano Franklin Pelegrino abandonó este miércoles la huelga de hambre y sed que ha mantenido durante 40 días para sumarse a la "lucha pacífica por la democracia en Cuba", respondiendo así a las peticiones de la disidencia en la isla que considera que "no es justo que deje su vida por el régimen de los hermanos Castro".

Pelegrino dijo en entrevista telefónica a Europa Press que tomó esta decisión tras escuchar "el ruego y el clamor" de la oposición en la isla y en el exilio. "Yo seguiré con la lucha pacífica en las calles para que Cuba sea libre", expresó.

El activista inició el proceso de rehidratación tomándose un zumo de manzana, minutos después de dar por terminada la huelga de hambre con un comunicado emitido a las 13.30 horas (19.30 hora peninsular española) desde su residencia en la ciudad de Holguín (este).

La portavoz de Pelegrino y vicepresidenta la Federación de Mujeres Rurales de Cuba (Falmur), María Antonia Hidalgo, comentó a Europa Press que esta decisión ha sido celebrada por la oposición en la isla porque "se ha salvado una vida de un valioso luchador prodemocrático".

Hidalgo explicó que la salud de Pelegrino se había deteriorado "considerablemente" en las últimas semanas, porque no recibía ningún tipo de suero ni hidratación. "Ya él estaba muy débil, tenía lagunas mentales y apenas podía hablar", explicó.

El comunicado menciona que reconocidos disidentes como la ex presa política Martha Beatriz Roque; el portavoz de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez; representantes de las Damas de Blanco y miembros del Partido Republicano de Cuba instaron al opositor a deponer la huelga de hambre que se prolongó durante 40 días.

Pelegrino, de 58 años de edad, casado y con dos hijos de doce años y 15 meses, inició esta protesta para exigir la liberación de los 26 presos de naturaleza política que aún permanecen recluidos en los centros penitenciarios de la isla pese a encontrarse gravemente enfermos.