Actualizado 26/02/2010 15:52

El Govern insta al Ejecutivo central a crear un santuario marino de 50.000 km2 al sur de Baleares para proteger al atún

Supondría una protección ecológica de 70 millas, que limitaría la pesca del atún y preservaría otras especies amenazadas


PALMA DE MALLORCA, 26 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Govern balear instó hoy al Ministerio de Medio Ambiente a crear un santuario marino de 50.500 kilómetros cuadrados para la protección del atún y otras especies al sur del archipiélago, de manera que establezca una zona de preservación ecológica de 70 millas, de forma poligonal y con sus vértices en la Isla del Aire (Menorca), Cabrera, Mola y Cap de Berberia (Formentera) y las Islas Bledes (Ibiza).

Tras la reunión del Consell de Govern, el conseller de Medio Ambiente y Movilidad, Gabriel Vicens, quien es el impulsor de esta petición, con la colaboración de la Conselleria de Agricultura y Pesca, explicó que la protección de esta zona debe implicar la prohibición de vertidos contaminantes de cualquier naturaleza desde la costa o desde barcos, así como la regulación de cualquier exploración, explotación y gestión de los recursos naturales (incluidos los minerales, como hidrocarburos).

En cuanto al atún, Vicens subrayó que en este santuario se debería establecer una prohibición "estricta" de capturas con cercamiento y de grandes barcos (mayores de 20 toneladas), mientras que para la protección del resto de especies, consideró que se debe asegurar la estricta aplicación de prohibición de uso de redes pelágicas o de deriva, teniendo en cuenta sus "consecuencias catastróficas sobre la biodiversidad marina", por las cuales ya han sido prohibidas en la UE.

Asimismo, añadió que en el área marina protegida se deben aplicar medidas para reducir el impacto de las palangres de superficie sobre tortugas y elasmobranquis, entre las que propuso "incrementar las paradas biológicas, adecuar las artes de pesca o los horarios para reducir capturas accidentales y reducir el esfuerzo pesquero, evitando tanto como sea posible los "perjuicios a familias y empresas".

El conseller de Medio Ambiente recordó la situación de "sobreexplotación" pesquera que sufre el atún, por lo que la conservación de esta especie en el Mediterráneo es "objeto de preocupación general, especialmente entre los organismos ambientalistas, ámbitos científicos y oceanográficos y autoridades ambientales y pesqueras".

Así, recordó que a la explotación tradicional, que había resultado "sostenible" a lo largo de los siglos, se ha añadido con una gran rapidez el uso de tecnologías muy sofisticadas y un "desorbitado afán lucrativo, debido a los precios de mercado en Japón que derrochan cualquier criterio de prudencia en el uso de un recurso renovable". "La experiencia demuestra que situaciones como ésta pueden suponer no sólo el colapso de una pesquería, sino poner en riesgo la propia supervivencia de la especie", aseveró Vicens.

El conseller apuntó que la zona meridional del Mar Balear es la más importante para la reproducción de esta especie en el Mediterráneo, de forma que su protección se ha convertido en una prioridad, tal como lo pone de manifiesto los textos aprobados en el Parlament el 25 de octubre de 2007 y el 14 de marzo de 2008.

"EFECTOS POSITIVOS SOBRE ESPECIES AMENAZADAS"

Sin embargo, el titular de Medio Ambiente lamentó que hasta ahora, "no ha habido los avances necesarios en este sentido" y, por ello, estimó que "conveniente" reiterar las demandas de protección marina, ya que la preservación de una extensa zona marina como la que propone el Govern tendría efectos "extraordinariamente positivos para otras especies marinas amenazadas de gran fauna, como son especialmente determinadas especies de selacis (los grandes tiburones), las tortugas marinas y varios cetáceos.

Por otra parte, recordó que la iniciativa del Ejecutivo balear tiene dos precedentes europeos, de modo que el primero fue en enero de 2004, cuando el Gobierno francés comunicó a la ONU el establecimiento de una Zona Marina de Protección, de 70 millas, ante su costa mediterránea; y el segundo fue el Santuario para Cetáceos del Mar Ligur, establecido entre Francia e Italia en 1999.

Finalmente, destacó que en la decisión de crear una zona de protección ecológica marina al sur de Baleares, la Conselleria de Medio ambiente y Movilidad cuenta con el apoyo de la organización conservacionista internacional Greenpeace, que, según recordó, ya ha organizado varias campañas en esta misma línea.