Actualizado 18/01/2015 13:11

"Nadie preparó a Liberia sobre lo devastador que sería el ébola"

Leymah Gbowee
Foto: SUMMIT PEACE NOBEL

MADRID, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -

   La activista liberiana Leymah Gbowee, premio Nobel de la Paz en 2011, ha lamentado que "nadie haya preparado a Liberia sobre lo devastador que sería el ébola", cuplabilizando tanto a los Gobiernos locales como a la comunidad internacional, especialmente a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

   En una entrevista con Europa Press durante su participación en la cumbre de premios Nobel de la Paz, patrocinada por Mazda, Gbowee ha recordado que el ébola no ha empezado en Liberia, a pesar de la repercusión que ha alcanzado por ser uno de los principales focos de este último brote, sino que "se trata de una enfermedad que hace muchos años y solo ahora ha tenido repercusión".

   En este sentido, ha señalado que solo ahora, convertido el ébola en "una epidemia internacional", se pone de relieve "el coste de la ineficiencia" de los gobiernos africanos. "Lo único que sé es que este brote de ébola empezó en tres países que no tenían infraestructuras locales preparadas", ha aseverado.

   Gbowee también ha criticado la decisión del Gobierno español de no repatriar a la hermana Paciencia junto al religioso Miguel Pajares --ambos contagiados de ébola, si bien finalmente solo falleció el segundo-- el pasado mes de julio. No obstante, ha alertado que ésta no es una práctica única del país español.

   "La decisión que se tomó con Paciencia es totalmente injusta, pero no solo es el español. Ahí está el Gobierno americano, que hizo lo mismo con el médico Kent Brantley mientras en África se quedaban otras personas locales infectadas", ha señalado.

   A su entender, con estas repatriaciones los gobiernos están transmitiendo el mensaje a la gente joven de que "no hay tiempo para la globalización". "Parece que quieren decir que no es importarse preocuparse por los otros, que solo hace falta preocuparse por uno mismo", ha señalado.

AYUDA A MUJERES Y NIÑOS

   Gbowee fue premiada con el premio Nobel de la Paz gracias a su labor en Liberia para terminar con el conflicto civil que asoló al país durante varios años. La activista social consiguió poner de acuerdo a un gran número de mujeres para agruparse en el Movimiento de Mujeres por la Paz y obligar a los hombres a reunirse para poner punto y final a la guerra.

   Posteriormente, Gbowee ha continuado con una labor social en otras fundaciones como Red Africana de Paz y Seguridad para las Mujeres, atendiendo no sólo a las féminas africanas sino también a los jóvenes a los que pretende alejar de las armas, una práctica habitual en muchas comunidades.

   La activista ha incidido en la importancia de que las mujeres tengan presencia en las actividades que marcarán la marcha de un país. "No hay modo en que puedas construir la paz si dejas fuera a las víctimas. En la guerra y en el conflicto las mujeres son las primeras en sufrir esa violencia, así que ¿cómo puedes dejarlas fuera", ha cuestionado.

EL PAPEL DE LAS MADRES AFRICANAS

   En este sentido, reincide en el papel de las madres con los menores de edad, apuntando que ellas "tienen la primera labor de socializar a los niños hacia la paz". Además, ha recordado que en las comunidades las madres "están al tanto de lo que ocurre en cada esquina" y, por lo tanto, son "las más capacitadas" para participar en mesas de trabajo para el desarrollo.

   La propia Gbowee se define a sí misma como una madre que no cumple con el arquetipo de "típica mujer africana". "Nunca me he quedado en casa para cuidar de mis hijos a causa de mi labor, a veces me los he llevado con apenas seis meses a viajar por el mundo y únicamente en diciembre es cuando dispongo tiempo para mi familia", ha explicado.

   En cualquier caso, considera que esta organización familiar no es negativa, al contrario, ya que "es importante explicar a los hijos por qué hacemos lo que hacemos". "No tendría sentido salvar a niños en distintas partes del mundo y no explicarles a los tuyos esta labor", ha señalado.

UN NOBEL PARA CAMBIAR EL MUNDO

   A pesar de "no ser amiga" de la presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf, reconoce que se ha producido un cambio en la mentalidad de los liberianos. "Es una anécdota, pero hay una historia circulando de un joven al que le preguntan qué quiere ser de mayor y dice que vicepresidente porque ser presidente es para las mujeres", ha bromeado.

   Por último, ha defendido la labor de los premios Nobel de la Paz, recordando que no son diferentes a otras personas. "Mucha gente piensa que entras como en un pequeño club, pero yo no lo veo así, porque se trata de gente normal: es solo un título que lo puedes usar para cambiar el mundo", ha concluido.