Actualizado 17/12/2013 21:41

El Papa Francisco: "Es un escándalo que todavía haya malnutrición en el mundo"

ROMA, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Papa Francisco ha asegurado que "es un escándalo que todavía haya hambre y malnutrición en el mundo", en un mensaje dirigido al director general de la Organización para las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, leído por el observador permanente de la Santa Sede ante la FAO, monseñor Luigi Travaglino, en la ceremonia con motivo del Día Mundial de la Alimentación.

"No se trata sólo de responder a las emergencias inmediatas, sino de afrontar juntos, en todos los ámbitos, un problema que interpela la conciencia personal y social, para lograr una solución justa y duradera", ha subrayado.

En este mensaje, el Papa destaca que la Jornada Mundial de la Alimentación, que este año tiene por lema 'Sistemas alimentarios sostenibles para la seguridad alimentaria y la nutrición', pone de manifiesto "uno de los desafíos más serios para la humanidad: el de la trágica condición en la que viven todavía millones de personas hambrientas y malnutridas, entre ellas muchos niños".

A juicio del Pontífice, esta situación adquiere mayor gravedad en un tiempo caracterizado "por un progreso sin precedentes en diversos campos de la ciencia y una posibilidad cada vez mayor de comunicación".

Por ello, reclama que "nadie se vea obligado a abandonar su tierra y su propio entorno cultural por la falta de los medios esenciales de subsistencia". "Paradójicamente, en un momento en que la globalización permite conocer las situaciones de necesidad en el mundo y multiplicar los intercambios y las relaciones humanas, parece crecer la tendencia al individualismo y al encerrarse en sí mismos", ha dicho

Asimismo, alerta sobre "una cierta actitud de indiferencia _a nivel personal, de las instituciones y de los estados_ respecto a quien muere de hambre o padece malnutrición, casi como si se tratara de un hecho ineluctable" y añade que "el hambre y la desnutrición nunca pueden ser consideradas un hecho normal al que hay que acostumbrarse, como si formara parte del sistema".

En esta línea, el Papa apunta que "algo tiene que cambiar" y que "un paso importante es abatir con decisión las barreras del individualismo, del encerrarse en sí mismos, de la esclavitud de la ganancia a toda costa" y precisa que esto ocurre "no sólo en la dinámica de las relaciones humanas, sino también en la dinámica económica y financiera global".

Así, el Pontífice propone educar "en la solidaridad" para "redescubrir el valor y el significado de esta palabra tan incómoda, y muy frecuentemente dejada de lado, y hacer que se convierta en actitud de fondo en las decisiones en el plano político, económico y financiero, en las relaciones entre las personas, entre los pueblos y entre las naciones".

También alerta de que "el desperdicio de alimentos no es sino uno de los frutos de la 'cultura del descarte' que a menudo lleva a sacrificar hombres y mujeres a los ídolos de las ganancias y del consumo. "El reto del hambre y de la malnutrición no tiene sólo una dimensión económica o científica, que se refiere a los aspectos cuantitativos y cualitativos de la cadena alimentaria, sino también y sobre todo una dimensión ética y antropológica", asegura.

Por último, el Papa recuerda que próximamente comenzará el año internacional que, por iniciativa de la FAO, estará dedicado a la familia rural por lo que propone que esta educación en la solidaridad para superar esta cultura del descarte. De este modo, Francisco destaca que la Iglesia Católica recorre junto a la FAO esta senda "consciente de que la caridad, el amor, es el alma de su misión".