Dejemos de llamarlo el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y celebremos el Día Internacional de las Personas con Capacidades Diferentes. Puede sonar parecido, pero no es lo mismo. Y aquí va mi alegato...
Las personas nacemos con capacidades diferentes, unos valemos para unas cosas y otros para otras, pero todos tenemos nuestras capacidades o skills que dirían los marketinianos. A lo largo de la historia hemos ido sensibilizándonos con las personas que física o psíquicamente nos parecían diferentes.
Fuimos capaces de pasar del insulto al término más amable, y de ahí al políticamente correcto de "personas con discapacidad". Mi historia, mi entorno y mi vida giran alrededor de personas con diferentes capacidades y considero que no es necesario explicar a estas alturas del partido que el 3 de diciembre es un día importante para más de mil millones de personas (aproximadamente el 15% de la población mundial) que vive con algún tipo de capacidad diferente y que de ellos, el 80%, vive en países en desarrollo donde la celebración de este día es casi un relato de ficción.
Y esto es lo que no nos podemos permitir: No podemos seguir haciendo la vista gorda a la realidad de un país como España, en el que seis años después de la aprobación de la Ley General de la Discapacidad y 38 años desde que se aprobara la LISMI, el 81% de las empresas sigue sin cumplir con la Ley de Inserción Laboral de las Personas con Discapacidad. La brecha entre la tasa de empleo de este colectivo versus la del resto de población continúa estando separada por más de 10 puntos porcentuales. Un 25,2% frente a un 15,1%, según el último estudio publicado por el INE sobre el mercado laboral de la discapacidad en 2019.
Pero si a esto le sumamos que la crisis del coronavirus ha golpeado doblemente a este colectivo afectando tanto a su empleabilidad como al desarrollo personal de este colectivo, pues han visto como el confinamiento y las restricciones han afectado directamente a las necesidades diarias de este colectivo. El 3 de diciembre de 2020 es especialmente importante para que todos, empresas y administración pública nos tomemos en serio el camino hacia un mundo inclusivo, accesible y sostenible por y para todos. Un mundo que tiene en cuenta los derechos de las personas con discapacidad de forma transversal en la implementación de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en el compromiso de todos con la agenda 2030.
Os invito a todos a pensar en la importancia de este día, pero sobre todo en la importancia de normalizar nuestro lenguaje y nuestros actos para que las personas que cuentan con capacidades diferentes a las nuestras se sientan parte del todo y que nunca más haya que celebrar este día, por evidente.
También invito a las empresas a ir más allá del cumplimiento de la ley, no solo como una obligación normativa, sino como una estrategia y un desarrollo dentro de las propias organizaciones. La sostenibilidad debe incorporarse dentro del plan estratégico de las organizaciones, no basta con hacer las cosas bien, si no que debe hacerse el bien haciendo las cosas bien. De esta formar podremos contribuir, además, a la mejora y el incremento de la reputación social y corporativa de las organizaciones.
En definitiva, la integración laboral de las personas con discapacidad es el camino que nos debe permitir la plena inclusión de las personas con diversidad funcional tanto a nivel laboral como a nivel social.
Jon Patxi Lerga es CEO del Grupo SIFU
