Publicado 21/05/2020 14:01

Fundación Trilema reivindica el papel de la salud integral en los colegios: "Educar es más que enseñar asignaturas"

La pedagoga y presidenta de Fundación Trilema, Carmen Pellicer
La pedagoga y presidenta de Fundación Trilema, Carmen Pellicer - FUNDACIÓN TRILEMA

   MADRID, 21 May. (EUROPA PRESS) -

   La pedagoga y presidenta de Fundación Trilema, Carmen Pellicer, ha puesto el foco en la importancia del papel de la salud integral en los colegios, una asignatura pendiente que no se ofrece en las escuelas, ya que, a su juicio, "educar es más que enseñar asignaturas".

   "Creo que el coronavirus ha creado una sensibilidad social hacia la importancia que tiene la salud muy grande", afirma Pellicer en una entrevista a Europa Press con motivo del encuentro 'Educar en salud: la asignatura pendiente que ha destapado el COVID-19', organizado junto con Danone y en el que se han presentado las principales líneas de actuación del programa educativo 'Fluye' (que busca impulsar el cuidado integral de la salud de los niños).

   "En el ámbito de educación, la principal consecuencia es que nos va a obligar a repensar nuestras prioridades en la escuela. Y que educar es mucho más que enseñar matemáticas o historia sino que vamos a tener que poner en el centro de nuestra labor, el preparar para la vida también en un sentido mucho más amplio", argumenta.

   Por ello, considera que el tema de la salud, entendido "de una forma integral, fisíca, mental, emocional y espiritual", va a ser "clave durante los próximos años, no solamente porque convivamos con el virus, sino también porque nos ha hecho repensar muchas otras cosas que también son importantes para el equilibrio y el bienestar de cada persona".

   Además, cree que la carrera docente "necesita una profunda revisión" al incorporar "todas las nuevas temáticas que necesite la evolución de nuestras sociedades y que estén en el currículum". "Pero además, todo lo que tiene que ver con una educación vinculada al cambio de hábitos requiere una metodología específica, y para ésta, evidentemente, los profesores tenemos que aprender a diseñar experiencias de aprendizaje distintas a las clases tradicionales. Con una clase tradicional no se puede enseñar a los niños a cambiar sus hábitos de conducta y sus valores éticos", asevera.

   En comparación con otros países, indica que algunos "han avanzado mucho en la incorporación de un área vinculada al 'wellness' o al bienestar o al concepto de salud integral, que combina de forma interdisciplinar los hábitos saludables con la educación de las emociones y práctica de vida sostenible", en alusión a Canadá o a los países anglosajones.

   "Pero tampoco podemos pensar que por cada problema social que tiene España haya que meter una asignatura. Creo que hay que repensar bien todo el currículum y ver cómo se trabaja un ámbito transversal que coja todos los temas de ODS, los temas de prevención de violencia de género, cambio climático, hábitos de participación democrática o la educación para la salud", asegura.

   En cuanto al aprendizaje de estos nuevos hábitos, vaticina que "es más eficaz cuanto más temprano se comienza" y apuesta por su implantación "desde la educación infantil hasta el final de la educación obligatoria de una forma sistemática y con tiempos reservados para que se pudiera trabajar con rigor".

   "Esta es la apuesta que hacemos con el Proyecto 'Fluye, Happy and Healthy Kids' que nace en el marco del movimiento Alimentando el Cambio, y que justamente pretente abordar cómo podemos enseñar a ser más felices viviendo una vida saludable y respetuosa con la naturaleza y los demás", apostilla.

   'Fluye' es un programa educativo dirigido a niños y niñas de 2 a 12 años en el que han estado trabajando Danone y la Fundación Trilema desde hace más de doce meses y que contempla la definición de una nueva competencia educativa basada en un concepto integral de salud (física, mental y emocional).

   Actualmente, el programa ya ha comenzado a implantarse en 23 centros educativos distribuidos en 8 comunidades autónomas, llegando a 9.900 alumnos. En este proyecto inclusivo y transversal participan todos los agentes implicados en el proceso educativo: equipo directivo, profesorado, monitores de comedor, personal de administración y servicios, así como las familias.

   "En la vuelta al cole, vamos a tener que hacer un programa de inmersión inicial en prevención y salud los primeros meses porque vamos a convivir con el virus una larga temporada, probablemente durante varios años y por lo tanto creo que tendremos que abordar un programa de Educación para la Salud bastante intenso al principio", puntualiza.

   "Por eso, en el Proyecto Fuye hemos incorporado muchos recursos específicos para la prevención --prosigue--. Pero luego no debemos dejarlo agotar en esto, sino que deberá incorporarse al currículum ordinario en todos los cursos para el futuro.Si observamos como han evolucionado las Competencias Básicas en los curriculums, veremos que todo lo relacionado con el cuerpo y el cuidado personal estaba muy ausente. Creo que esto debe cambiar".

FAMILIA Y ESCUELA

   Respecto al papel de las familias, en su opinión, "los hábitos fundamentales de salud o de gestión emocional se aprenden en la primera infancia. Y se aprenden con mucha más eficacia en la vida familiar que en la escuela".

   Por ello, cree que la escuela "puede luego compensar muchas situaciones y muchas realidades donde ese entrenamiento no es óptimo". "Y hay que pensar que el tema de Educación para la Salud va a abordar aspectos como la alimentación, la hidratación, el ejercicio, el descanso, las pautas de convivencia, pero también el equilibrio emocional, la gestión de la conflictividad, o de la agresividad, la sostenibilidad...", asevera.

   "Son muchas cosas que se viven, sobre todo en la infancia, dentro de la familia. Pero al final, siempre digo que un niño no elige el lugar donde nace, ni las condiciones socioeconómicas, ni la realidad familiar. Y la escuela puede paliar desigualdades, complementar lo que se hace en familia", explica.

   La pedagoga cree que la crisis del coronavirus "ha puesto dolorosamente encima de la mesa que la brecha digital tiene sus raices en una brecha social más profunda". "Y la escuela, lo hemos visto, puede hacer mucho, puede marcar la diferencia en la vida de un niño y de su futuro. Necesitamos buenas escuelas, las mejores posibles. Y tenemos que estrechar los vínculos de colaboración real entre las familias y las escuelas porque juntos somos mucho más eficaces", defiende.

   El programa 'Fluye' se integra dentro del movimiento Alimentando el Cambio, impulsado por Danone y con el soporte de Fundación Trilema, Ashoka, Edelvives, SEEDO y Ministerio de Educación, con el fin de proveer a los colegios de herramientas que inspiren y eduquen a los menores en una alimentación e hidratación saludables y la relación con el entorno y la naturaleza; desarrollar estos hábitos contemplando, bajo un mismo paraguas, el autocuidado, la gestión de las emociones, la autoestima y el respeto; y trabajar con las autoridades educativas para incorporar los hábitos saludables en el currículo escolar.