Actualizado 22/11/2018 18:31

Investigadores de The Circular Lab crean en seis meses un nuevo plástico bio-bio que no contamina en el medio ambiente

The Circular Lab de Ecoembes diseña un nuevo bioplástico 'bio-bio'
THE CIRCULAR LAB

   LOGROÑO, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -

   Investigadores del centro de innovación en economía circular de Ecoembes, The Circular Lab, han desarrollado en seis meses el primer nuevo plástico biobasado, compostable, reciclable y biodegradable en el mar a partir de los residuos de las frutas y verduras, que estará autorizado y en el mercado en un plazo previsto de unos cinco años.

   El material ha sido presentado este jueves en el laboratorio de Ecoembes situado en Logroño (La Rioja) al cumplirse año y medio de la puesta en marcha de la iniciativa para fomentar la investigación abierta en materia de envase del futuro, la gestión inteligente de los residuos, la ciencia ciudadana y el emprendimiento.

   El coordinador de The Circular Lab, Zacarías Torbado, ha celebrado durante la presentación del nuevo biomaterial, que el novedoso plástico sostenible será "el germen de nuevos desarrollos basados en el diseño circular y ya es uno de los ejemplos de cómo serán los envases en el futuro" que sustituirán al plástico.

   El objetivo hace un año y medio era, según ha destacado Torbado, diseñar un envase que parta de la naturaleza y que pudiera volver a ella sin ningún impacto negativo en caso de abandono.

   Así, el especialista en innovación de Ecoembes Jorge García, ha explicado las diferencias entre bioplástico biobasados --los que proceden de biomasa-- y los que son biodegradables --que proceden del petróleo--. García ha señalado que la base del proyecto apostó por lograr un envase biobasado y compostable.

   El reto, previsto con un desarrollo habitual de unos dos años se ha logrado en seis meses, tras partir de residuos vegetales desechados en los mercados, por ejemplo con verduras o frutas que ya no se pueden vender porque empiezan a estar en fase de descomposición.

   "No queríamos partir de cultivos o tierras que se utilicen para la producción de alimentos", ha comentado, al tiempo que añade que si bien este tipo de iniciativas tiene un periodo habitual de trabajo de unos dos años pero que este equipo lo ha logrado "en seis meses".

   Ahora, una vez desarrollado el producto en la fase de laboratorio, comenzará la etapa industrial, de aprobación y certificaciones de cumplimiento de la normativa para que el nuevo material pueda tener contacto alimentario y confían en que los productos plásticos a partir de este desarrollo (envases, una carcasa para el móvil o cualquier otro objeto) puedan estar en el mercado en un plazo estimado de 70 meses, unos cinco años.

   El mayor retraso, según García, vendrá de la parte de aprobación del producto, pero insisten en que sentará las bases de toda una revolución en el ámbito de la economía circular

   De este modo, ha pronosticado que el envase del futuro será compostable al final de su vida aunque ha insistido en que si bien los bioplásticos serán la alternativa en el futuro, no hay que olvidarse que la economía circular pasará también por la reducción, la reutilización y el reciclado.

   "No hay que confundir biodegradable con que se pueda lanzar y abandonarlo en la naturaleza, pues todo envase debe ser gestionado adecuadamente", ha sentenciado.

DE VERDURAS QUE SE PUDREN A NUEVOS ENVASES

   Los técnicos de The Circular Lab han desarrollado el plástico sostenible junto con el centro tecnológico AINIA desarrollo del material y se plantean el producto como una posible alternativa a tratar los residuos procedentes de los mercados municipales y otras instalaciones que generen grandes cantidades de alimentos, por lo que además de contribuir al reciclado, también servirá de ayuda a reducir el desperdicio alimentario.

   Asimismo, el especialista de Ecoembes ha observado también que en los próximos años las ciudades contarán con un contenedor para la recogida separada de residuos orgánicos.

   Mientras, María, una de las técnicos del equipo encargado del diseño del nuevo material, ha indicado que el proceso para obtener el nuevo plástico se denomina PHBV y que se ha logrado después de triturar las mondas de patata, zanahoria o naranja hasta conseguir extraer la glucosa del mismo.

   Esta glucosa, según añade, sirve de alimento para un microorganismo que es el que produce el biopolímero que se obtiene. El biopolímero, a continuación se transforma en pellets con los que fabricar finalmente los nuevos productos y envases.

   La realidad que supondrá en los meses que lleve su puesta en el mercado se ha gestado en el primer centro europeo para la investigación en economía circular. La iniciativa, de carácter privado, se puso en marcha con un planteamiento de inversión de 10 millones de euros en cuatro años pero en la fecha actual, se han empleado 6,9 millones de euros.

   El director ejecutivo de Ecoembes, Óscar Martín, ha resumido que en este tiempo, en el enclave logroñés se ha creado un "ecosistema de emprendimiento" del que ahora forman parte más de 200 colaboradores externos, 55 estudiantes, mediante un programa de joven talento innovador y una comunidad de 20 emprendedores seleccionados entre 150 emprendedores de los cinco continentes y todo ello en una aceleradora de start-ups.

   Martín ha manifestado a Europa Press que desde Ecoembes "nunca" pensaron que capacidad de co-creación del talento nacional y mundial pudiera llevarles "en tan poco tiempo" a proyectos de la magnitud de los que se han desarrollado en TheCircularLab.

   "Hace apenas un año y medio, nunca imaginábamos que podríamos hablar de contenedores conectados con los ciudadanos a través de sus dispositivos móviles, de Internet de las cosas, de visión artificial, robótica o drones vinculados a la gestión de los residuos, para acelerar la transición hacia una necesaria economía circular. La mayor parte del éxito ha estado en nunca ponernos límites ni limitaciones y crear un ecosistema de emprendimiento atractivo y compartido", ha añadido.

   Por otro lado, el consejero delegado ha explicado que además del nuevo material, pionero en el mundo, en el marco del proyecto de innovación abierta se han puesto en marcha iniciativas como A.I.R.-e, el primer asistente virtual de reciclaje que resuelve dudas sobre la forma de gestionar un residuo y que está disponible en dispositivos móviles; la plataforma 'Smartwaste', con contenedores inteligentes, que se basa en el big data para optimizar la gestión de los residuos o el diseño de plantas de gestión de residuos 4.0 en las que la robótica y los drones contribuirán a un reciclaje más eficiente.

   En definitiva, el directivo considera que es hora de dejar atrás la filosofía de producir, usar y tirar para entrar en un nuevo paradigma de la economía circular y responder así al nuevo paradigma de la economía circular con la que hacer frente a desafíos ambientales como el cambio climático, la contaminación o el uso eficiente de la energía.

   Finalmente, ha precisado que en ese compromiso de Ecoembes, en The Circular Lab se han puesto en marcha más de 100 proyectos y un ecosistema del que forman parte más de 200 instituciones, empresas, universidades y otras organizaciones que trabajan en el mismo objetivo en un marco de colaboración.

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