Actualizado 07/04/2010 19:10

El Banco Santander y el CNIC se unen en un proyecto de detección precoz del riesgo cardiovascular

Investigadores del CNIC estudiarán la salud de las arterias de más de 3.000 trabajadores de la entidad financiera


MADRID, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Banco Santander y el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), dependiente del Instituto de Salud Carlos III y el Ministerio de Ciencia e Innovación, firmaron hoy un convenio de colaboración para la puesta en marcha de un proyecto de detección precoz del riesgo cardiovascular mediante el estudio de la salud arterial de más de 3.000 trabajadores de esta entidad financiera.

Dicho proyecto, conocido como 'PESA CNIC-Santander', tendrá una duración de 9 años y contará con un presupuesto total de 22 millones de euros, financiado al cincuenta por ciento por el Carlos III, por un lado, y el banco y la Fundación Marcelino Botín por otro. El presidente de estas dos últimas entidades, Emilio Botín, destacó la "importancia" de este acuerdo "pionero" ya que permitirá "avanzar en el conocimiento de la salud cardiovascular de las personas sanas".

De este modo, en este estudio podrán participar de forma voluntaria cualquier trabajador del Banco Santander, de entre 40 y 54 años, al que no se le hayan diagnosticado previamente alguna enfermedad cardiovascular, como angina de pecho, infarto de miocardio o ictus. El periodo de reclutamiento durará unos tres años, por lo que a partir de 2012 se les realizarán una serie de pruebas y evaluaciones periódicas durante un periodo de seis años.

En primer lugar, los participantes en el estudio se someterán a un reconocimiento médico "exhaustivo" en el que, además de medir aspectos demográficos, antropométricos y familiares, se analizará la presencia de los principales factores de riesgo cardiovascular a través de un electrocardiograma, análisis de sangre, también de tipo genético, y la evaluación de otros factores como la dieta y la actividad física.

Según explicó el director general del CNIC y cardiólogo del Hospital Monte Sinaí de Nueva York (Estados Unidos), Valentín Fuster, en estos primeros análisis se podrán detectar algunos factores de riesgo "tradicionales" como la hipertensión, el colesterol, la obesidad o la diabetes.

Tras esto, se les realizará una batería de pruebas de imagen cardiovascular que incluyen la medición del índice tobillo-brazo --utilizado para detectar trastornos aterotrombóticos en extremidades inferiores--, una ecografía de las arterias carótidas y del abdomen y, finalmente, una Tomografía Axial Computerizada (TAC).

En aquellos en que se detecte algún indicio de enfermedad, los pacientes pasarán a una última fase con pruebas de imagen más avanzada, como una resonancia magnética o una Tomografía por Emisión de Positrones (PET). Este análisis se repetirá a los tres y seis años de haberlo realizado por primera vez, con el objetivo de estudiar la evolución del riesgo cardiovascular de cada paciente, "siempre preservando la confidencialidad de todas las pruebas", precisó Fuster.

SERVIRÁ PARA MEJORAR LOS SISTEMAS DE DETECCIÓN

Según destacó el director general del CNIC, este estudio servirá para mejorar los sistemas de detección de enfermedades cardiovasculares, la primera causa de muerte en todo el mundo, lo que puede ayudar a "abaratar el alto coste que supone el tratamiento de estas patologías cuando se manifiestan".

Por su parte, el secretario de Estado de Investigación, Felipe Pétriz, resaltó la colaboración público-privada de este proyecto y aseguró que en un futuro se podrá ampliar a otras empresas u otros organismos interesados en "hacer frente al asesino silencioso en que se ha convertido la enfermedad cardiovascular".