Actualizado 01/03/2010 14:37

Bodegas Martín Berdugo cede una finca de cuatro hectáreas en Aranda (Burgos) para un proyecto de inserción laboral


VALLADOLID, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -

La empresa Bodegas Martín Berdugo acaba de ceder una finca de 40.000 metros cuadrados con vivienda para un proyecto de inserción laboral a través de la agricultura y la avicultura ecológica que pondrá en marcha Cáritas.

Según informaron fuentes de la empresa en un comunicado, la medida muestra la "sensibilidad" ante las enormes dificultades que muchas familias, especialmente inmigrantes, atraviesan por la grave crisis económica.

La sociedad familiar responde de esta manera a un llamamiento de Cáritas Interparroquial, que solicitó la aportación de viviendas particulares que se encontraran vacías para ser utilizadas temporalmente por familias que se han quedado sin hogar al no poder pagar la hipoteca o el alquiler. Para ello cedió a esta entidad la finca La Ribera, ubicada en Aranda de Duero, junto a la N-122 y frente a la antigua fábrica azucarera.

Se trata de un recinto vallado de 40.000 metros cuadrados, dotado con una casa unifamiliar y separado por el río Duero de los viñedos y de la bodega. El espacio, explicaron, cuenta con "un gran potencial" ya que fue sitio de recreo y veraneo y, en estos momentos, no tenía uso. Con él, "se pretende echar una mano y ayudar a que los más necesitados tengan una oportunidad y puedan salir adelante".

"Hemos dejado la finca a Cáritas porque la situación es terrible. Oímos por la radio que pedían que si alguien tenía una casa que la ofreciese, porque los albergues y los centros de acogida estaban llenos, la gente no tenía ni para comer y muchos se habían quedado sin techo. Y lo ofrecimos pensando en que además de la casa podrían aprovechar el terreno para hacer huertas para autoconsumo o sacarle algún un rendimiento", argumentó la propietaria de la bodega, Josefina Martín Berdugo.

Cáritas Interparroquial de Aranda de Duero acogió "con entusiasmo" la cesión "por las grandes posibilidades que ofrece el espacio y, además de utilizar la vivienda como alojamiento, han decidido incorporar la finca a su programa de empleo". En el recinto se va a desarrollar un proyecto que la ONG eclesiástica ya inició con éxito en Cataluña y País Vasco y que busca "la inserción para el empleo a través de la agricultura y la avicultura ecológicas".

El proyecto, denominado 'Arrropa -Reduce, Recicla y Reutiliza-' ya trabajó para la reutilización de 210 toneladas de ropa, ampliando las acciones a la producción de aceite y "ahora con la agricultura ecológica", explicó el coordinador del programa de empleo, Roberto Casado.

Cinco personas se encuentran trabajando ya en la finca preparando el terreno y acondicionando la casa. El planteamiento es criar pollos y gallinas para la producción de huevos de forma natural y cultivar hortalizas y verduras con técnicas ecológicas y fertilizantes procedentes de la lombricultura --cría de lombrices y tratamiento, por medio de éstas, de residuos orgánicos para su reciclaje en forma de abonos o y proteínas--.

REPARTO Y COMERCIALIZACIÓN.

Con esta propuesta, Cáritas pretende "conseguir un doble objetivo, el primero de ellos es la inserción laboral y el apoyo a los trabajadores, ya que podrán alojarse dentro de la vivienda". Por otra parte, a través de la producción que se genere en la finca, ante la situación de crisis se prevé apoyar con alimentos a la gente necesitada o, en su caso, promover su comercialización poniendo a la venta los productos ecológicos en Aranda de Duero e incluso en Burgos y reinvertir los ingresos en la promoción humana y el desarrollo integral de las personas que se encuentran en situación de precariedad.

"Estamos en un proceso experimental. Estamos rehabilitando la casa, que dispone de cuatro habitaciones, ya se han plantado las semillas en el invernadero y la zona donde van a estar los pollos se está preparando pero todavía no se han introducido las aves. Esperamos que para primavera ya esté todo en marcha", apuntó Roberto Casado.

La cesión se realizó inicialmente por un periodo de cinco años pero, si transcurrido este plazo la situación no ha mejorado y, la bodega sigue sin necesitar el recinto, existe "buena predisposición" para prolongar la colaboración.