Actualizado 02/02/2010 17:16

La edad de jubilación ideal para los españoles roza los 59 años, según Esade


BARCELONA, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -

La edad de jubilación ideal para los españoles se sitúa en los 58,6 años, según un estudio de la escuela de negocios Esade, que alerta de que sólo el 18% ha calculado los costes que se derivarán de su retirada laboral y los recursos que necesitará para mantener el nivel de vida.

El estudio también señala que el 77% de los españoles no ahorra pese a desconfiar del sistema actual de pensiones, según explicó el director del Departamento de Dirección de Marketing de Esade, Manuel Alfaro.

"Pese a que son conscientes de las limitaciones del actual sistema público de pensiones y de la necesidad de ahorrar durante toda la vida laboral para poder mantener los niveles de vida que llevan en la actualidad, el 48% de la población no lo hace alegando incapacidad o falta de recursos", añadió.

También consideró que hay falta de interés por la previsión como consecuencia de un "optimismo de base", que lleva a los ciudadanos a pensar "o bien que no es el momento de preocuparse del tema o bien que habrá alguna solución cuando llegue el momento de la jubilación".

El coordinador del estudio y profesor colaborador del Departamento de Marketing de Esade, Ismael Vallès, alertó de que la cultura del ahorro "está poco arraigada" en España, y que la clase media muestra comportamientos de consumo orientados al corto plazo.

Respecto a la decisión del Gobierno de alargar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, los responsables del estudio manifestaron que el cambio demográfico y el progresivo envejecimiento de la población en España "obligarán a emprender una reforma seria y profunda de los sistemas públicos de pensiones".

En este sentido, abogaron por complementar las prestaciones públicas con instrumentos privados de financiación, como los planes de pensiones y los seguros de vida-ahorro, y defendieron que todos los instrumentos de previsión y ahorro finalista y a largo plazo deberían gozar de incentivos fiscales independientemente de la contingencia derivada del envejecimiento que estén cubriendo.

También vieron necesario el apoyo de las Administraciones Públicas para incentivar el ahorro voluntario individual o a través de la empresa, y la necesidad de diversificar entre los diferentes instrumentos de ahorro provisional para la jubilación.