Publicado 29/10/2015 10:42

Expertos muestran cómo una mala implantación de la cultura corporativa en una organización puede llevar a su fracaso

Los Lunes del Instituto de Auditores Internos
AUDITORES INTERNOS


MADRID, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Instituto de Auditores Internos de España ha analizado los riesgos asociados a la cultura corporativa, y cómo ésta es esencial para evitar situaciones que, entre otros aspectos, puedan incidir sobre su eficacia o sobre el nivel de riesgo y control de la compañía, provocar que no se consigan los objetivos estratégicos, o incluso la desaparición de la organización.

Así lo han afirmado durante la última sesión de 'Los Lunes del Instituto de Auditores Internos' los expertos Jorge Sanz y Javier Valera, de The Worldgate Group, que han puesto sobre la mesa ejemplos en los que ha fracasado la implantación de la cultura corporativa, como los del transbordador espacial Challenger, el lanzamiento fallido del Columbia o el reciente 'Caso Volkswagen'.

En palabras de Sanz, responsable de investigación de The Worldgate Group, "la cultura tiende a ser estable y es uno de los aspectos más difíciles de cambiar en una organización" mientras que para Valera, experto en gestión del comportamiento de las personas en la organización, la cultura corporativa se podría haber visto "infectada" por un pensamiento grupal que ha podido ignorar la ética y la moral, en casos como el de Volkswagen.

Tal y como afirma el experto, tras fracasos empresariales de este tipo se encuentra "el pensamiento único en interés de la armonía general, evidenciando un fallo en la implantación de la cultura corporativa".

Así, hay ocho síntomas de que el entorno de toma de decisiones --encarnado en altos ejecutivos y la alta dirección-- ha sido "infectado" por pensamiento grupal: credibilidad incuestionable en la moral conjunta, ignorando ética y moral; autocensura para evitar el rechazo del grupo; ilusión de unanimidad para no dañar el consenso; ilusión de invulnerabilidad, con excesivo optimismo o infalibilidad; ejercer de guardianes de la mente, protegiendo al grupo cierta información que podría llevar a evaluar otras opciones; considerar a los enemigos débiles o poco inteligentes; rechazar a los que plantean dudas sobre el plan; y justificar una decisión en búsqueda del consenso.

Para Sanz, el factor fundamental para que una cultura corporativa sea segura es el alineamiento entre ésta y la estrategia de negocios de la organización. "Si la estrategia no está en consonancia con la cultura, se incrementan tanto los riesgos como los niveles de descontrol dentro de la organización, haciendo en muchos casos que no se cumplan los objetivos", detalla.

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