Actualizado 10/06/2010 15:27

Más de 50.000 personas del Serengueti logran acceso a agua potable mediante el proyecto 'Maji ni Uhai' de Ferrovial

Grifo de uno de los pozos profundos de 'Mahi Ni Uhai'
FERROVIAL/EP


MADRID, 10 Jun. (EUROPA PRESS) -

Más de 50.000 personas de cinco comarcas del Serengueti (Tanzania) han conseguido disponer a diario de agua potable mediante el proyecto 'Mahi ni Uhai' ('Agua es vida'), desarrollado por Ferrovial en colaboración con la ONG Fundación Africana para la Medicina y la Investigación (AMREF), que comenzó en 2007 y que concluirá en 2011 con un presupuesto total de 1,8 millones de euros.

Así lo ha explicado el director de comunicación y RSC de Ferrovial, Juan Francisco Polo, en la presentación del proyecto que ha obtenido el premio de Medio Ambiente de la Fundación Entorno BCSD y el 'Environmental Enterprise Awards' de la Comisión Europea.

Polo ha señalado que una de las ideas iniciales era potenciar el voluntariado interno de la empresa provocando un impacto real en la vida de personas, en este caso, sin acceso a agua potable, con actuaciones conocidas por la compañía que no se limitaran a una mera contribución económica. "Queríamos establecer una vinculación y un compromiso con África que esperamos poder mantener en el futuro. Este proyecto es aplicable en otros lugares y este esquema de trabajo nos gustaría replicarlo en Tanzania u otro país", ha destacado.

En ese sentido, ha indicado que la iniciativa se ha llevado a cabo allí donde "la lucha por el agua forma parte de la lucha por a supervivencia y de la propia vida". En las comunidades beneficiadas, la esperanza media de vida no va más allá de los 45 años, en ocasiones a causa de enfermedades derivadas de la mala calidad del agua y con el proyecto el 100 por cien del agua será potable y la media de tiempo para conseguirla pasará de cuatro horas a 30 minutos.

'Agua es vida' se inició en 2007 y contempla la construcción de 18 pozos someros y 12 pozos profundos; 2 sistemas de gravedad (agua corriente); 2 embalses; 26 tanques de almacenamiento de lluvia y la protección de 18 fuentes de agua, para lo que son necesarias en total 550 infraestructuras, algunas de las cuales aún están en construcción. La compañía ha desplazado a Tanzania 25 profesionales, la mayoría de ellos ingenieros, y próximamente enviará a otras 15 personas.

OPORTUNIDAD PARA LA POBLACIÓN

Asimismo, se está impartiendo a la población local programas de formación para el mantenimiento de tales infraestructuras una vez que Ferrovial concluya el proyecto en 2001, y que, además, incorporen a la mujer, que llega al 60 por ciento en la zona.

Por su parte, el presidente de AMREF España, Alfonso Villalonga, ha señalado que la iniciativa es ejemplo de la cooperación entre una empresa privada del norte y una ONG del sur, que se mantendrá en el futuro y que contribuirá a mitigar la pobreza y los efectos del cambio climático. "Si queremos realizar cambios profundos hay que fomentar nuevas alianzas", ha advertido.

En ese sentido, ha explicado que uno de los principales retos es que la población beneficiaria "asuma su papel de responsables" en el futuro del mantenimiento y de sacar el mayor partido a las infraestructuras. Para ello, ha precisado que el agua no se da gratis sino que los miembros del Serengueti aportan una contribución económica (más barata que el pago de medicinas para enfermedades derivadas del mal estado del agua), y los gobiernos locales han destinado ya para el año próximo una partida presupuestaria para este fin.

"Tiene un impacto brutal en la zona, sobre todo para los niños, encargados de ir a buscar el agua, por lo que ahora la escolarización ha aumentado al reducirse el tiempo para conseguirla, y las enfermedades han disminuido", ha añadido.

Por su parte, la presidenta de la Fundación Entorno-BCSD, Cristina García-Orcoyen, ha valorado el "nuevo enfoque de cooperación" que incorpora el proyecto de Ferrovial consistente en "sembrar dinero" para crear las condiciones básicas para que los pueblos se desarrollen por sí mismos.

Finalmente, ha manifestado la dificultad de obtener el Premio de la fundación, que en varias ocasiones ha quedado desierto, porque pocos proyectos cumplen las bases "difíciles y exigente" que huyen de la concepción paternalista de la cooperación internacional. En este caso, el proyecto, a su juicio, pretende sentar las bases de un desarrollo económico y social y de protección de los recursos.

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