Actualizado 28/09/2010 15:13

RSC.-Las empresas familiares dicen que la huelga tiene un efecto negativo para la imagen exterior de España

Critican que el enfoque de la convocatoria sea "propio de los años 80" y que se proteste por una reforma "muy light"

MADRID, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -

El Instituto de la Empresa Familiar (IEF), que agrupa a un centenar de empresas líderes en sus sectores de actividad como Inditex o Mercadona, ha asegurado que no apoyará la huelga general porque va a suponer "una mala influencia para los datos del paro" y tendrá un efecto negativo en la imagen internacional de España de cara a los inversores.

En declaraciones a Europa Press, el director de estudios del Instituto, Javier Quintana, explicó que un inversor alemán, al analizar las posibilidades de un país como España, con una tasa de paro del 20%, "no va a entender que se convoque una huelga general".

Además, criticó que se convoque el paro para rechazar una reforma laboral que definió como "muy light", puesto que, aunque con "elementos positivos", no supone "dejar los derechos de los trabajadores en una situación peor que los de la economía alemana o los de otros países muy competitivos".

Preguntado por si no se verían mermados los derechos de los trabajadores al rebajar la indemnización por despido, Quintana argumentó que "intentar dar la batalla por un tema de indemnizaciones no es ahora mismo la clave de la cuestión", porque "lo verdaderamente importante" habría sido disminuir el "coste general del trabajo".

ENFOQUE DE LA HUELGA, PROPIO DE LOS AÑOS 80.

En este sentido, señaló la rebaja de las cotizaciones de la Seguridad Social para las empresas y otras medidas importantes contra el absentismo laboral como aspectos necesarios en la reforma laboral.

Quintana criticó las ideas en las que se ha basado la convocatoria al opinar que "se retrotraen un poco al pasado" al plantearse como una "lucha de clases" entre el patrón y el trabajador. "El enfoque que se está dando a esta huelga es un enfoque propio de los años 80, del siglo XX", añadió.

Así, afirmó que esa perspectiva "no es cierta en el siglo XXI", puesto que "la competitividad de la empresa determina lo que va a ganar el trabajador y el empresario". "No se puede pensar que la situación de una empresa puede ser ajena a la situación de los trabajadores", concluyó.

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