MURCIA, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Fundación FADE (Ayuda, Desarrollo y Educación) ha puesto en marcha el programa de voluntariado social 'Secunda junior: sonrisas verdes en el hospital', dirigido a la atención al menor hospitalizado, así como a los familiares a su cuidado, con la finalidad de aminorar las consecuencias negativas del proceso de hospitalización y mejorar su calidad de vida a través de actividades lúdicas, talleres de reciclaje y de educación ambiental.
Esta iniciativa cuenta con el apoyo económico de Iberdrola, a través de su Fundación, y ha sido incluida en el programa de ayudas sociales de la Fundación Iberdrola para el presente ejercicio.
El programa fue presentado en la tarde de ayer, en un acto celebrado en el Centro Cultural las Claras de Murcia, por parte de María Solís, gerente de la Fundación FADE y el Delegado de Iberdrola en la Región de Murcia, Patricio Valverde.
'Sonrisas verdes en el hospital', que se desarrolla en el Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia y en el Hospital Universitario Santa Lucia de Cartagena, se lleva a cabo tanto en la ludoteca/aula hospitalaria del centro, como en las propias habitaciones de los menores independientemente de su perfil social, cultural y/o económico.
Las actuaciones se centran en los menores hospitalizados en las plantas de pediatría de ambos hospitales, así como en los familiares que se encuentran a su cuidado.
El programa tiene previsto beneficiar de forma directa a 1.000 menores y a 2.000 familiares a través de diferentes actividades: lúdicas y de respiro con menores encamados; en ludoteca/aula hospitalaria, a través de talleres verdes y actividades de reciclaje; formación de los voluntarios participantes; así como evaluación con coordinadores y responsables del centro y una campaña de difusión en medios y redes sociales.
En definitiva, se trata de ofrecer el apoyo humano y las herramientas necesarias para aminorar las consecuencias negativas que, en el plano humano, puedan afectar en el periodo de hospitalización al colectivo más vulnerable al dolor y a la soledad: el menor.
