Actualizado 14/09/2007 20:44

RSC.- Fundación Ruta de la Luz comercializa a través de CIONE fundas de gafas de comercio justo realizadas en Togo

El grupo óptico ha creado en este país y en Benin establecimientos que han llegado a ser autónomos y que cuentan con personal local


MADRID, 14 Sep. (EUROPA PRESS) -

La Fundación Ruta de la Luz apoya desde hace un año la labor profesional de una cooperativa de mujeres togolesas denominada CEDAF (Centro Diocesano de Autopromoción Femenina), que produce artesanía local desde varios talleres profesionales en los que trabajan exclusivamente mujeres.

Uno de ellos, dedicado a las telas y a la costura, ha sido readaptado para la fabricación manual de fundas de gafas a propuesta de la Fundación. La Red de ópticas CIONE realizó un pedido inicial de material que los establecimientos del grupo han vendido como producto de comercio justo. El dinero recaudado ha viajado directamente a Togo, a estas mujeres de la CEDAF.

Gracias a él --explica la Fundación-- las artesanas tendrán unos ingresos extras con los que mejorar sus pobres economías. Debido a la gran acogida del producto entre los socios de CIONE, el grupo ha realizado nuevos pedidos que llegarán a España próximamente.

La Fundación inició en 2005 su Plan de lucha contra la ceguera Dapaong-Tanguieta para apoyar proyectos de ayuda y desarrollo en dos países del Africa Subsahariana: Togo y Benin. Además de intervenciones quirúrgicas directas (unas 120) y de revisiones visuales (más de 1.200), Ruta de la Luz inauguró una óptica, que se mantiene actualmente abierta dirigida por profesionales nativos formados por miembros de las diferentes expediciones humanitarias, y que han conseguido ya su propia autosuficiencia.

"Nosotros no viajamos con el objetivo único de hacer unas gafas a pacientes que lo necesitan, sino que queremos ir más allá, buscamos también luchar contra la ceguera predecible, reversible", explica en este sentido Germán Zubeldia, óptico optometrista asociado del grupo CIONE que ha estado presente en las dos expediciones de la Fundación al Africa Subsahariana.

"Nuestra intención es la de fundar ópticas autosuficientes y económicamente viables en los lugares a los que nos dirigimos, pero esto es muy difícil porque no existen los profesionales adecuados allí, y cuando existen, se van por cuestión de dinero", añade. Un oftalmólogo en esta tierra es un ser "semidivino": hay 2 ó 3 en todo el país.

CIFRAS SORPRENDENTES.

En el mundo se estima que hay unos 40 millones de ciegos, de los cuales el 80% están en el tercer mundo. Esto es debido a la carencia de medios y profesionales. El 80% de estas cegueras son tratables bien por medios quirúrgicos, farmacológicos u ópticos, lo que nos lleva a la conclusión de que muchas de estas personas "podrían regresar al mundo de la luz con un tratamiento adecuado".

Dentro de las cegueras reversibles, la más importante es la catarata relacionada con la edad. En el mundo desarrollado se opera cuando la agudeza visual es de un 0,5. "Allí se quedan ciegos simplemente por la falta de medios", recuerdan desde CIONE.

Otra de las enfermedades más frecuentes en estos países es el tracoma. Esta enfermedad infecciosa también es una de las que más problemas genera a la visión en el tercer mundo. El tracoma lleva a la ceguera por la sucesión de repetidas infecciones por el organismo 'chlamydia trachomatis'. Después de sucesivos episodios de infecciones se produce la opacidad de la córnea, lo que conlleva a la ceguera irreversible.

Asimismo, se trata la oncocercosis, o "ceguera del río", producida por la picadura de una mosca que trasmite unos parásitos (filarias) cuyas larvas acaban distribuyéndose por todo el cuerpo, llegando al ojo (humor vítreo). Una vez instalados en el humor vítreo, generan una serie de inflamaciones que acaban produciendo la ceguera.

Otro de los trabajos más frecuentes e importantes que realizan los ópticos-optometristas es el de luchar contra la baja visión producida por defectos refractivos no corregidos.