Actualizado 31/08/2010 15:25

RSC.-Nace la primera empresa que deposita urnas funerarias biodegradables en el mar con el permiso de Fomento

BARCELONA, 31 Ago. (EUROPA PRESS) -

La empresa catalana Grup Temple ha obtenido la primera autorización específica del Ministerio de Fomento para depositar urnas funerarias biodegradables en la costa, tras acreditar que no son tóxicas ni contaminantes.

Esta compañía ofrece un yate de 10 metros de eslora y capacidad para siete personas para depositar los restos en alta mar, donde la urna biodegradable se hunde hasta los 70 metros de profundidad y se desintegra totalmente en un par de días.

"La navegación en sí dura una hora y media. Navegamos a cinco millas de la costa y cuando ejecutamos el servicio lo hacemos con la música escogida o un texto especial", ha explicado a Europa Press Televisión Ramón Arasanz, director de la iniciativa.

El servicio es exclusivo y muy personalizado ya que gracias a un asesor en tierra cada familia puede escoger todas aquellas preferencias que desee para la ceremonia. Según las propias palabras de Arasanz "no es un acto triste sino alegre, limpio, abierto, diferente y en un entorno único como es el mar" y añade que " el perfil de cliente es aquel que lo siente, que quiere hacer algo más, que no se conforman simplemente con el proceso funerario".

La iniciativa de este proyecto vino propiciada por la demanda latente que había en este sector: "Nos vinieron a pedir este servicio los propios clientes. No sabíamos nada del mercado y decidimos investigar y dejarlo todo para ofrecer este servicio", ha añadido el gerente.

Sin embargo, según el propio director el principio no fue fácil: "Fue bastante complejo, es una realidad social nueva y en espala no hay ninguna normativa que hable del tema". De hecho esta empresa ha tardado más de un año y medio en conseguir el beneplácito de Fomento.

Según ha podido saber Europa Press TV, en la Área Metropolitana de Barcelona una media del 80% de las cenizas no se depositan en cementerios, por lo que se desconoce el destino de más de 9.000 urnas. El número de incineraciones se ha incrementado notablemente en los últimos años, experimentado un crecimiento del 40% al pasar de las 250 en 1983 a las más de 6.000 en 2008.