Actualizado 19/01/2010 15:05

Thomas Kailath, Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento de Tecnologías de la Información y la Comunicación


MADRID, 19 Ene. (EUROPA PRESS) -

El ingeniero y matemático Thomas Kailath obtuvo hoy el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento de Tecnologías de la Información y la Comunicación por romper la barrera de la miniaturización de los chips, permitiendo que éstos sean cada vez más pequeños, lo que ha hecho posible fabricar circuitos integrados con componentes de dimensión menor a la onda de luz empleada para construirlos.

El profesor Kailath ha expresado que "es un enorme honor" recibir este premio, que es el más importante del mundo en este área y ha mostrado su agradecimiento tanto al jurado como a sus profesores de la India, de donde es originario y del Massachusetts Institute of Technology (MIT), donde estudió, así como a sus alumnos y a su familia.

La principal frontera que ha cruzado Kailath fue la de miniaturización en un momento en el que el límite de las dimensiones de los chips parecía cercano e insuperable. No obstante, el catedrático de Ingeniería Hitachi America de la Universidad de Stanford consiguió el equivalente a trazar con un bolígrafo una línea más fina que el diámetro de la punta empleada.

LEY DE MOORE

Así, logró que se siguiera cumpliendo la Ley de Moore, según la cual, cada año y medio o dos años se duplica el número de transistores contenidos en un circuito integrado. "Se creía que las características más pequeñas que se podían grabar en un chip eran de cien nanómetros ---siendo un nanómetro igual a una millonésima de milímetro--- ahora el límite está en 32 nanómetros", explicó Kailath.

En este sentido, el profesor fue más allá de su logro y explicó que la matemática muestra que se puede ir más abajo y aunque remarcó que no puede asegurar su consecución, señaló que "hay gente que piensa que la técnica llevará a alcanzar los 22 nanómetros". Así, indicó que para conseguirlo habría que aplicar la tecnología Extreme Ultrviolet (EUV).

Además, el galardonado ha contribuido en muy diversos campos como el de las comunicaciones, en los años cincuenta, la teoría de control automático, en los setenta, la mejora de la detección de señales, en los ochenta y el desarrollo de semiconductores, en la década de los noventa, tal y como destacó la presidenta del jurado, la profesora Andrea Goldsmith.

Asimismo, Kailath ha generado durante su trabajo nuevas áreas de investigación, modos novedosos para comprender propiedades básicas en gran cantidad de problemas de ingeniería que parecían insalvables así como nuevos campos de aplicaciones. En este sentido, el profesor siempre buscó que su teoría fuera "potencialmente aplicable", según manifestó el profesor del CSIC Ramón López de Mantaras.

También tuvo su relevancia en el álgebra lineal, pues desarrolló una forma rápida de resolver estructuras de ecuaciones, tecnología que ha hecho posible, entre otros, el uso de antenas múltiples para focalizar la energía en una sola dirección y mejorar así el alcance de los sistemas inalámbricos y la codificación en los teléfonos móviles GSM.

Este premio que otorga la Fundación BBVA con la colaboración del CSIC, y que cumple este año su segunda edición, se suma a siete categorías más entre las que se encuentran Cooperación al Desarrollo, Ecología y Biología de la Conservación, Cambio Climático, Economía, Finanzas y Gestión de Empresas, Ciencias Básicas, Biomedicina y Música Contemporánea.