Actualizado 28/11/2018 15:18

Patrimonio autoriza la sustitución del vallado perimetral del anfiteatro romano de Carmona

Anfiteatro romano de Carmona
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El recinto podía albergar hasta 20.000 espectadores y es el anfiteatro "mas antiguo documentado en la Península Ibérica"

SEVILLA, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Comisión Provincial de Patrimonio, adscrita a la Consejería de Cultura, ha informado favorablemente sobre el proyecto de nuevo vallado de la parcela del anfiteatro romano de Carmona (Sevilla), construido en el siglo I antes de Cristo y legado de la antigua Carmo, en sustitución de la cerca que actualmente rodea este enclave arqueológico.

Según detalla la Delegación Territorial de la Consejería de Cultura, el cerramiento actual del anfiteatro está conformado por una valla metálica de simple torsión sobre murete de fábrica de ladrillo, ofreciendo una imagen "precaria y deficiente" del recinto.

Precisamente por ello, "el nuevo vallado favorecerá la imagen de la institución, así como sus funciones de control, seguridad y mantenimiento del recinto", adaptando además el mismo al Plan Especial de Protección del Patrimonio Histórico de Carmona, que prevé una modificación en la configuración actual de la manzana en la que se inserta el anfiteatro.

El anfiteatro romano de Carmona, según refleja una tesis doctoral del arqueólogo Alejandro Jiménez Hernández recogida por Europa Press, fue levantado entre los años 70 y 30 antes de Cristo, tratándose del recinto de esta clase "mas antiguo documentado en la Península Ibérica y uno de los pocos conocidos fuera de la Península Itálica durante la República".

El anfiteatro, según dicha tesis, fue construido "aprovechando una pequeña vaguada entre dos colinas junto a uno de los caminos principales de entrada a la ciudad", conformando un recinto cuyas estructuras "alcanzaron una altura de 12 metros desde la cota de la arena, lo que daba una escasa pendiente de 17 grados al graderío, algo insuficiente para garantizar la correcta visión del espectáculo".

También en cuanto al diseño del antiguo complejo, el autor de esta tesis detalla que el gradería contaba con "capacidad para entre 18.000 y 20.000 espectadores", toda vez que "sólo la grada baja estaba dotada de cinco escalones para colocar sillas, mientras que las gradas media y superior mantenían la pendiente original sin peldaños, por lo que los espectadores debían ver el espectáculo de pie o sentados directamente sobre el piso".

No obstante, precisa el autor que "durante sus aproximadamente 250 años de uso", el recinto "fue objeto de diversas reformas que afectaron especialmente a las 'carceres', que fueron ampliadas y cubiertas con bóveda de cantería en lugar de su techumbre de madera, y a la arena, modificando el aspecto del podio y las instalaciones para los espectáculos".

EL "COLAPSO" DEL ANFITEATRO DE CARMONA

Alejandro Jiménez Hernández dedica además especial atención al "colapso" de este anfiteatro, es decir la caída en desuso de este recinto que a su juicio jugaba un papel importante en "uno de los momentos de mayor esplendor" de la antigua Carmo romana. El autor de la tesis, así, encuadra "el final del anfiteatro" de Carmona en el ocaso del siglo II después de Cristo o los comienzos del siglo III después de Cristo, "mucho antes del fin de los juegos gladiatorios en el imperio y cuando éstos estaban en pleno esplendor".

Al respecto, el autor de esta tesis doctoral expone que el declive del anfiteatro de Carmona en un momento de auge de los espectáculos de gladiadores "podía considerarse en principio como una anomalía, si no fuera porque la propia ciudad de Carmona sufrió una grave crisis detectada a través de la arqueología con la progresiva ocupación de los espacios públicos monumentales para usos privados y, lo que es aun mas grave, con el colapso de gran parte de la red de saneamiento de la ciudad, lo que muestra una evidente debilidad del poder publico".

"Esta profunda crisis que afectó a Carmona es un siglo anterior a la considerada gran crisis del III después de Cristo y sus causas pudieron no ser exclusivas para la ciudad y tener un impacto mayor", analiza Alejandro Jiménez, recordando que "esta situación se produjo en otros anfiteatros de la Península Ibérica como los de Ampurias, Miróbriga o Cartagena", con lo que "se hace difícil aceptar que se tratase de una crisis local, con unas causas de impacto mayor".