Publicado 22/02/2021 20:50

UE.- La ARLEM apuesta por un acceso equitativo a vacunas Covid-19 y reducir las desigualdades entre países mediterráneos

Un profesional sanitario sostiene una dosis de la vacuna contra la COVID-19 de AstraZeneca en un Centro de Vacunación de la Comunidad de Madrid, en Madrid (España), a 19 de febrero de 2021. La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ya ha comenz
Un profesional sanitario sostiene una dosis de la vacuna contra la COVID-19 de AstraZeneca en un Centro de Vacunación de la Comunidad de Madrid, en Madrid (España), a 19 de febrero de 2021. La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ya ha comenz - Eduardo Parra - Europa Press

MADRID, 22 Feb. (EUROPA PRESS) -

La Asamblea Regional y Local Euromediterránea (ARLEM), una asamblea de representantes locales y regionales de la Unión Europea y sus socios del Mediterráneo, ha trasladado su preocupación por el acceso a las vacunas de la COVID-19, reclamando un acceso más equitativo y justo, y las "enormes" desigualdades regionales dentro de los países mediterráneos.

En la reunión plenaria celebrada este lunes, los representantes de los gobiernos locales y regionales han respaldado en este marco la nueva agenda de la Unión Europea para su asociación con sus vecinos del sur, aunque han insistido en que los "beneficios de la cooperación deben llegar más allá de las capitales" y deben reducir, no aumentar, las "enormes disparidades territoriales existentes dentro de los países vecinos".

En el encuentro de esta asamblea, creada por el Comité Europeo de las Regiones (CdR) en 2010 para aportar una perspectiva local y regional a los trabajos de la Unión por el Mediterráneo y de la Unión Europea, han intervenido tanto el secretario general de la Unión por el Mediterráneo (UpM), Nasser Kamel, como el comisario europeo de Vecindad y Ampliación, el húngaro Olivér Várhelyi.

En un mensaje grabado, el comisario europeo ha indicado que la nueva Agenda para el Mediterráneo está hecha a medida, teniendo en cuenta la diversidad de la región, y tiene como objetivo aprovechar las oportunidades que se derivan de las transiciones verde y digital, además de proponer un Plan Económico y de Inversión para los vecinos del sur.

En esta línea, ha señalado que sus 12 iniciativas serán el modelo de la acción y "contribuirán a apoyar una recuperación económica sostenible e integradora a largo plazo". Afirmó que la Comisión "dará prioridad a la capacitación de los jóvenes" y expresó su confianza en que el ganador del tercer Premio ARLEM al Emprendimiento Local Joven inspire a otros a convertir sus ideas en empresas.

En su intervención, el secretario general de la UpM ha lanzado un mensaje sobre la necesidad de unidad ante los retos actuales y, en este sentido, ha subrayado que los 42 Estados miembros de la Unión por el Mediterráneo "solo tendrán éxito si colaboran estrechamente con las autoridades locales y regionales".

"Existe un claro vínculo circular entre el clima, la seguridad energética, el crecimiento económico, el desarrollo y la salud. Tenemos que construir una estrategia de desarrollo que nos ayude a mejorar la salud humana, reverdezca nuestras economías, pero que siga impulsando la competencia, y proporcione una base digital para los servicios y sectores públicos claves", ha reclamado.

Por su parte, el copresidente de esta ARLEM y presidente del Comité Europeo de las Regiones (CdR), el griego Apostolos Tzitzikostas, ha puesto en valor que la nueva agenda de esta asociación y el plan de inversiones que la acompaña "podrían contribuir en gran medida a aumentar la resiliencia de la región mediterránea, la segunda más afectada por el cambio climático y que ya se enfrentaba a grandes retos económicos, sociales y políticos antes de la pandemia".

"La COVID-19 y la emergencia climática demuestran hasta qué punto estos retos cambian la vida. Por ello, el Comité Europeo de las Regiones apoya plenamente las políticas que permiten a las ciudades y regiones reducir estas amenazas, adaptarse a ellas y recuperarse", ha alegado.

En esta línea, Tzitzikostas ha subrayado que "la mayor parte del trabajo duro" debe hacerse a nivel local y regional y "es esencial que los gobiernos nacionales y la UE escuchen y cooperen con los políticos y autoridades locales y regionales para lograr estos objetivos".

"Acogemos con satisfacción la intención de proporcionar una inversión financiera, técnica y política adicional, incluida una mayor financiación para las administraciones subnacionales, pero -como afirma nuestra declaración- estas ambiciones deben transformarse en beneficios que lleguen más allá de las capitales y reduzcan las enormes disparidades territoriales existentes", ha argumentado.

Por su parte, el presidente de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), Mohamed Boudra, que ha copresidido la reunión, ha usado el compromiso de la UE con la neutralidad edl carbono para 2050 como ejemplo para destacar que "las mismas ambiciones y el mismo enfoque descentralizado" deben marcar la acción climática en el Mediterráneo. "La crisis de COVID-19 exige una doble transición, una transición más verde y más sostenible. Tenemos que construir hacia adelante", ha subrayado.

PACTO VERDE EUROPEO

En el marco del plenario, ha tenido lugar también una mesa redonda sobre un nuevo Pacto Verde para el Mediterráneo y la Agenda 2030. En este contexto, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, ha recordado que el Pacto Verde ofrece la "oportunidad" de Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y ha destacado la necesidad de aprovechar "al máximo" las políticas de este pacto y la financiación ante un Mediterráneo "especialmente frágil, sobre todo en lo que respecta a la lucha contra el cambio climático". "Tenemos que compensar el impacto del cambio climático y el impacto en la economía", ha apostillado.

En esta línea, ha incidido en que la compensación del cambio climático en el Mediterráneo "tiene que ser de naturaleza política" y, en este sentido, ha incidido en que el Pacto Verde tiene que impulsar la investigación y el desarrollo. "Esto será absolutamente clave para el desarrollo económico de la región, y nos permitirá tener un mejor desarrollo social en nuestra región, y nos preparará mejor para la economía azul y para los cambios en la agricultura", ha recalcado.

Por su parte, Juan José Martínez Lozano, director general de Unión Europea, ha indicado que el Pacto Verde "es necesario" y ha abogado por "armonización e incentivos para los empresarios", "prohibir los plásticos y otros productos químicos" y por políticas "que respeten la biodiversidad".

"En el último pleno pedimos un acuerdo para el Mediterráneo, así como el compromiso de la reducción de emisiones del 55% y la neutralidad climática para el año 2050. Seguimos sin ser capaces de abordar el plástico en los océanos y la transformación digital. Nos gustaría un cambio claro de política para hacer frente a estos retos. No queremos que esto quede en manos de los gobiernos nacionales", ha recordado.

La vice-alcaldesa de Niza, Agns Rampal, ha expuesto un informe sobre "Agricultura y seguridad alimentaria en el contexto del cambio climático en el Mediterráneo", que ha sido aprobado por los miembros de la ARLEM.

"Ante el calentamiento global, que exacerbará las tensiones en el área mediterránea, debemos actuar para maximizar los efectos beneficiosos de la agricultura sostenible. Hago un llamamiento a una verdadera soberanía alimentaria resiliente, gracias sobre todo a una dieta mediterránea mejorada, adaptada a las condiciones climáticas, respetuosa con los recursos naturales, atenta a la salud y capaz de garantizar una remuneración adecuada a los agricultores", ha indicado.

El informe señala que la Unión Europea y la Unión por el Mediterráneo deben considerar el desarrollo de una estrategia macrorregional para la seguridad y la soberanía alimentaria en el Mediterráneo, promover una transición agroecológica hacia prácticas que preserven el suelo y la agrobiodiversidad, y considerar la introducción de una etiqueta de "productos mediterráneos" o "dieta mediterránea".

Asimismo, indica que las regiones y ciudades deben tratar de convertirse en una fuerza impulsora de los esfuerzos para desarrollar enfoques agrícolas que sean más resistentes a los cambios dramáticos del clima en la región mediterránea.

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