Atutxa no irá hoy al Parlamento vasco para "no reirles las gracias" a personas que le acusaron de "connivencia" con ETA

Actualizado: viernes, 23 abril 2010 12:54

BILBAO, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -

El ex presidente del Parlamento vasco Juan Maria Atutxa anuncia que hoy no estará en los actos de celebración del XXX aniversario del Parlamento vasco, en Vitoria, para "no reirles las gracias" a personas que le acusaron de "connivencia" y de "colaborar con ETA", por no disolver el grupo de Sozialista Abertzaleak.

En un artículo publicado hoy en el diario 'Deia', recogido por Europa Press, recuerda que hoy se celebra en la sede del Parlamento Vasco el XXX aniversario de "esa nuestra institución" que tuvo "el honor" de presidir entre 1998 y 2005.

Atutxa asegura que "en espíritu, en mi sentimiento, estaré allí, porque siempre he creído en la pluralidad, el estado de derecho y la soberanía popular", pero explica que, "precisamente, por el respeto que tengo a esos principios y la experiencia que viví como presidente de aquella institución he preferido no acudir físicamente a la sede y así se lo hice saber a su presidenta".

El ex presidente de la Cámara vasca señala que "hubo un decenio negro durante el que medios y partidos en comandita aprovecharon la existencia de ETA y sus crímenes, injustificables, incomprensibles, para crear, defender y practicar una tesis tan fascista como falsa: 'ETA mata en nombre del nacionalismo vasco, luego el nacionalismo es perverso y criminal. Acabar con ETA requiere acabar con el nacionalismo vasco'".

Según lamenta, de esa época "data la abolición de la presunción de inocencia y la inmisericorde utilización de la mentira y la manipulación para convertir en enemigo al adversario político y conseguir su estigmatización y anulación, no ya como objeto institucional, sino como persona".

En ese sentido, recuerda que a sus compañeros Kontxi Bilbao (EB) y Gorka Knörr (EA) y a él mismo, les tocó "sufrir uno de los efectos de aquel vendaval" cuanto "el Tribunal Supremo del reino de España pretendió, contra toda la doctrina jurídica conocida hasta entonces, intervenir en la organización del Parlamento y vulnerar la separación de poderes".

"Los autores de aquella insólita sucesión de autos pretendieron, nada menos, que obligar al Parlamento a legislar en un sentido determinado y juzgaron y acabaron condenando a quienes votamos 'no' a semejante desatino", censura, para recordar que fueron denunciados por "un sindicato ultraderechista autodenominado de trabajadores, Manos Limpias, al que algunos consideraban legitimado para tal derecho y hoy los mismos defienden lo contrario".

Atutxa critica que tuvieron parlamentarios "que buscaron insistentemente nuestra condena y, a pesar de ello, fuimos absueltos en dos ocasiones por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco". "Después vendría el castigo y éste, para más INRI, lo impuso la misma instancia judicial que, siguiendo las órdenes del gobierno de turno, dijo sentirse 'desobedecida', el Tribunal Supremo".

También denuncia que las víctimas de esta "ignominia" supieron de la condena "viendo un telediario, porque el tribunal apenas tardó una hora en comunicar un fallo que, evidentemente, tenía escrito de antemano y no tuvo la delicadeza de comunicárnoslo primero a los afectados".

Tras reconocer que eso fue "duro", afirma que "lo más triste fue la sucesión calculada de mentiras y calumnias que las personas que sosteníamos esta posición tuvimos que aguantar y los silencios de los que sabían que se estaba cometiendo una tropelía y decidieron no comprometerse, porque hacía demasiado viento".

Atutxa dice que responsables de partidos y de medios de comunicación, portavoces parlamentarios, miembros del Gobierno español y de su oposición, parlamentarios vascos, miembros del actual Gobierno vasco y "una larga lista de personas nos acusaron, directamente de 'colaborar con ETA', de 'no quitar a ETA la voz de que disponía en el Parlamento Vasco' y hasta de financiar sus actividades porque la institución que presidí satisfacía los emolumentos que por ley correspondía percibir a quienes ostentaban escaño de representación popular".

En ese sentido, advierte que "los que decían estas barbaridades sabían perfectamente que mentían y que sus mentiras atacaban la dignidad, integridad y seguridad de personas que jamás habían tenido otra relación con ETA que la de estar en su punto de mira".

Atutxa confiesa que jamás le dolieron las calumnias de los que, entre otras cosas, "trataron de segar mi vida el día de la boda de uno de mis hijos, intentando colocar una maleta explosiva bajo mi coche, pero tampoco nunca esperaba escucharlas de boca de quienes pensé que en esta cuestión estaban en mi misma orilla y resultaron ser simples comparsas del pensamiento único".

"Debo confesar que saber que unos quieren matarte y soportar que otros te acusen de actuar en connivencia con tus potenciales asesinos resultó muy doloroso", asevera, para advertir que "hay cosas que no pueden hacerse en la vida real y que tampoco valen en política".

Por ello, Atutxa reitera que no le apetece "reirles las gracias a este tipo de personas" y, por eso, afirma que hoy "estaré en mi parlamento, en espíritu, en sentimiento, estaré en la institución en la que no caben esas bajezas, estaré en la institución a la que respeto y quiero con todas mis fuerzas, porque apuesto por la verdad y por los valores que nunca debieron abandonarlo".