Baztarrika: "La pervivencia del euskera no está en peligro, pero sí que sea una lengua viva"

Patxi Baztarrika, viceconsejero de Política Lingüística
IREKIA
Actualizado: miércoles, 3 diciembre 2014 11:43

Apuesta por "una convivencia suficientemente igualitaria y armoniosa" entre euskera y castellano

BILBAO, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -

El viceconsejero de Política Lingüística del Gobierno vasco, Patxi Baztarrika, ha asegurado que "no está en peligro la pervivencia del euskera", pero sí que sea una lengua viva, de uso normalizado en los diferentes ámbitos en los que nos desenvolvemos las personas en el día a día",

En una entrevista concedida a Onda Vasca, recogida por Europa Press, Baztarrika ha destacado que el euskera es "una lengua que tiene un número de hablantes como nunca ha tenido en toda su historia, pero no por ello es una lengua exenta de peligros que le acechan", ya que es una lengua que "no tiene asegurado un futuro de vitalidad".

Según ha dicho, "así como hace dos o tres décadas el euskera se jugaba su supervivencia, lo que estaba en peligro era que perviviera como lengua, hoy, a dos o tres generaciones vista, no está en peligro la pervivencia del euskera, pero sí su vitalidad, que sea una lengua viva, una lengua de uso normalizado en los diferentes ámbitos en los que nos desenvolvemos las personas en el día a día, en la educación, la investigación, la administración" y también "los ámbitos más íntimos, afectivos, y emocionales".

Tras señalar que una lengua "se naturaliza cuando uno la utiliza inconscientemente", ha explicado que "cuando nos expresamos en una lengua que es una lengua de uso natural para nosotros, no estamos pensando tanto qué es lo que vamos a decir", sino que "eso nos pasa cuando nos manejamos en una segunda o tercera lengua, en la cual tenemos más dificultades para expresarnos y vamos haciendo una autotraducción mental".

Según Baztarrika, que una lengua sea "una lengua viva significa que sea de uso normalizado y naturalizado en los diferentes ámbitos en la mayor proporción posible, sabiendo siempre que esto, en ningún caso, significa que vaya a ser así para la totalidad de la ciudadanía de Euskadi".

En ese sentido, ha indicado que en Euskadi "tenemos, afortunadamente, dos lenguas, y ambas lenguas son nuestras: el euskera es primera lengua para un sector de la ciudadanía y para una sector amplio mayoritario de la ciudadanía el castellano es la primera lengua", de forma que "de lo que se trata es de que organicemos una convivencia suficientemente igualitaria y armoniosa entre ambas, para que también el euskera tenga el oxígeno suficiente para que sea una lengua viva".

EUSKERA "POR DECRETO"

Tras reconocer que "sin decretos, sin normativa, es imposible avanzar" porque "las cosas lógicamente en un sistema democrático se regulan porque hay que garantizar el ejercicio de los derechos a la ciudadanía y, eso, si no se regula no hay manera de hacerlo", ha subrayado que "eso es una cosa y, otra cosa es pensar que, ya que lo has regulado, el cambio lingüístico se va a producir como consecuencia directo de los decretos".

El viceconsejero de Política Lingüística ha advertido de que "un cambio lingüístico no es un cambio de lengua en sí mismo", sino que es "un cambio de lengua que se produce en una sociedad, es decir, es un cambio social y todo cambio social es enormemente complejo, tiene que sortear resistencias y eso no es malo, es algo natural, porque de otra manera no puede ser".

Preguntado sobre cómo lograr el "equilibrio" entre ambas lenguas, Baztarrika ha considerado necesario superar "el desequilibrio social que existe entre ambas lenguas". "Y esto es porque buscamos ese equilibrio, no es porque queremos enfrentar las lenguas entre sí, porque eso sería de los mayores absurdos que se pueda cometer, porque, además, estaríamos enfrentando con ello a los ciudadanos entre sí", ha subrayado.

Según ha insistido, "hay que buscar ese equilibrio y, para alcanzarlo, lógicamente hay que promocionar aquella lengua que se encuentra en una situación más débil". En ese sentido, ha dicho que "la igualdad en ninguna política social es un medio, la igualdad en cualquier política social y pública es un fin, y para alcanzar el fin de la igualdad el medio tiene que ser tratar de manera desigual a los desiguales, promocionando especialmente al que esté en esa situación débil", porque, si no se hace así, "se ahonda en la desigualdad y no se llega a la igualdad".

Baztarrika ha recordado que "hace 30 años solo el 20% de la población conocía el euskera, hemos pasado al 36,4% y, además, tenemos 156.000 personas más como bilingües pasivos que entienden el euskera aunque tenga dificultades para expresarse".

A su entender, "un cambio de esa naturaleza tan espectacular no se puede hacer sin generar ningún tipo de incomodidad, pero tienen que ser incomodidades asumibles, que no generen problemas insalvables". Así, ha defendido "asumir incomodidades para generar mayor cohesión", pero haciéndolo "sin cometer excesos y, al mismo tiempo, sin dejar de pedalear a la bicicleta".

"El truco no es pensar qué gracias a un decreto, a una norma o una subvención vamos a cambiar radicalmente la situación de cero a cien en cinco, diez o veinte años, sino que el truco está en que hay que seguir avanzando sin parar, sin dejar de pedalear", ha afirmado, para advertir de que "si se deja de avanzar en ese camino, inmediatamente se retrocede mucho".

El viceconsejero de Política Lingüística cree que la sociedad vasca "avanza claramente hacia un bilingüismo" pero no todos los ciudadanos "lo utilizan al mismo nivel". "Ninguna segunda lengua se aprende con unos niveles de competencia extraordinariamente avanzados en la escuela o en la academia. Uno necesita utilizar esa lengua. Una lengua se aprende utilizándola. Para utilizar necesitas saber, pero para saber, necesitas utilizar", ha dicho.

La situación "sociolingüística diversa" en el conjunto de la Comunidad Autónoma vasca implica que "más de la mitad de los vacohablantes viven en las seis ciudadades más grandes" pero en ninguna de ellas se llega al 50% de uso. "Las oportunidades de uso en el ámbito social son mucho menores", ha concluido Baztarrika.