El autor pretende con esta publicación "romper con la leyenda negra" sobre el político Manuel Godoy
BADAJOZ, 23 May. (EUROPA PRESS) -
El escritor extremeño José Luis Gil Soto presentó en la Feria del Libro de Badajoz 'La traición del rey', una novela con la que pretende "romper con la leyenda negra" recogida en "los libros de historia y enciclopedias" sobre el político Manuel Godoy.
Dentro de las actividades programadas en este vigésimo octava edición de la Feria del Libro de Badajoz con motivo del Día de la Novela Histórica, el autor presentó obra, la cual define como una historia novelada que se le ocurrió escribir cuando visitó la tumba de Godoy en el cementerio parisino de Pere-Lachaise.
Esta circunstancia, le hizo reflexionar sobre la "injusticia del exilio", y al mismo tiempo se preguntó qué habría hecho Godoy para ser el único jefe de gobierno español que sigue enterrado fuera de nuestras fronteras.
Para el autor de 'La traición del rey', lo que le sucedió a Godoy es que fue víctima de un "ensañamiento total" por parte de Fernando VII quien no sólo consiguió echar al político extremeño de España, tras el motín de Aranjuez, sino que también se dedicó a perseguirlo en el exilio espiando sus movimientos y 'creando de él una imagen distorsionada para que apareciese ante la Historia como culpable de todos los males que aquejaban a la patria".
A juicio de José Luis Gil Soto, Manuel Godoy fue un "buen gestor, con formación y sentido de Estado, que llevó a cabo innumerables proyectos de gobierno, mantuvo la integridad nacional, y se enfrentó con valentía a Napoleón".
"DIFICULTAD AÑADIDA"
Según explicó Gil Soto, escribir sobre un personaje tan conocido como Godoy entraña una "dificultad añadida" puesto que "arrastra una leyenda negra" teniendo en cuenta que "aún queda el concepto de que era un miserable y un traidor".
Con respecto a los defectos de Godoy el autor consideró que "provienen más bien de su inicial incapacidad" para asumir que con tan sólo 25 años era uno de los hombres más poderosos del mundo al tener en sus manos las riendas de todo el Imperio español.
A su juicio, también fue el más odiado y tuvo que pasar más de la mitad de su vida en el exilio, donde murió pobre y olvidado añorando con volver a su patria.
