Peñalsordo (Badajoz) se prepara para celebrar su fiesta de interés regional 'Sábado y Domingo de Octava del Corpus'

Actualizado: domingo, 18 mayo 2008 15:25

MÉRIDA, 18 May. (EUROPA PRESS) -

La localidad pacense de Peñalsordo se prepara para celebrar los próximos días 24 y 25 de mayo su fiesta de interés turístico de Extremadura 'Sábado y Domingo de Octava de Corpus' que se desarrolla por tradición tras el Hábeas Corpus que este año recayó en el día 22 de mayo.

Una fiesta en la que, según publica el boletín ECO y recoge Europa Press, la tradición marca que el sábado de la Octava del Corpus todos los cofrades montados en sus caballerías se congreguen al atardecer al grito de '¡Alabado sea el Santísimo Sacramento!'

Estos jinetes portan unas antorchas encendidas como recuerdo histórico de la batalla librada por el general Cachafre y su lugarteniente Palenque contra los moriscos para recuperar el Castillo de Capilla en el siglo XVI, cuando se ataron a los cuernos de los carneros velas y bálagos encendidos para asustar al enemigo y así parecer más.

Tras el paseo de los caballeros con sus velas por las calles del pueblo acompañados por el tambor, se efectúan desde el balcón del ayuntamiento las denominadas 'mojigangas', que no son otra cosa que una especie de sátiras de aquellos acontecimientos locales que se han dado durante todo el año transcurrido, sátiras siempre irónicas pero moralizadoras.

El domingo, los hermanos de la cofradía van a simular nuevamente la batalla acaecida, para ello se visten con trajes de la época y a lomos de caballos y burros adornados y enjaezados, realizan una réplica de aquel encuentro.

Corren por las calles de Peñalsordo y salen hasta las afueras en el lugar conocido como 'Cancho Dehesa'; durante este correteo realizan movimientos circulares como si estuvieran cercando el Castillo de Capilla, liberando a un abuelo y a una abuela que se encontraban prisioneros de los moriscos.

A continuación, se celebra la Santa Misa con la asistencia de todos los jinetes. Durante el recorrido de la procesión, "los abuelos" liberados van tocando las castañuelas caminando de espaldas en señal de respeto a la Sagrada Forma. Además, los más jóvenes del pueblo forman castillos humanos que simbolizan la toma del castillo.

Después de la procesión se realiza entre los hermanos el "bandear", respetándose en esta ceremonia la antigüedad de los cofrades. Como complemento a este último acto, dos jóvenes simularán ser vacas bravas que, entre sonrisas y jolgorios, perseguirán a los asistentes.

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