Valentín Cortés destaca la figura de Cañamero como "único representante de los campos y estíos" extremeños en la pintura

Actualizado: miércoles, 9 abril 2008 23:34

BADAJOZ, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Diputación Provincial de Badajoz, Valentín Cortés, destacó esta tarde en Badajoz la figura del pintor extremeño, natural de la localidad pacense de Don Benito, Antonio Gallego Cañamero, como "único representante de los campos, paisajes, estíos y lontananzas" de Extremadura.

Cortés hizo estas declaraciones en el transcurso de la inauguración de una muestra, que desde hoy y hasta finales del mes de mayo, se dedica a la trayectoria de esta figura del arte extremeño en el Museo Provincial de Bellas Artes de Badajoz (MUBA).

En este acto tomaron parte también el propio Cañamero, acompañado de familiares y alumnos, junto al consejero de Agricultura, Juan María Vázquez, que acudió a este acto inaugural en calidad de amigo personal de Cañamero.

El presidente provincial pacense resaltó en su discurso el hecho de que Cañamero sea "de los pocos pintores extremeños con titulación oficial de Bellas Artes", junto al hecho de que la crítica haya destacado siempre "sus valores estéticos de gran maestro", gracias, dijo, a su "sólida formación y prolongada práctica".

GODOFREDO ORTEGA Y MUÑOZ.

Por su parte, el artista dombenitense agradeció la oportunidad que significa esta exposición para poder dar a conocer su trayectoria pictórica de 50 años de actividad, recordando sus inicios como pintor adentrándose en los retratos familiares, pasando por su época dedicada a la tauromaquia y por último su dedicación al paisaje, fundamentalmente el extremeño.

Además, Cañamero recordó como tras una exposición en Madrid, fue el también pintor extremeños Godofredo Ortega y Muñoz quien le recomendara dedicarse a la pintura de paisajes, un consejo que siguió con éxito sin apartarse de "la línea del realismo", matizó.

EXPOSICIÓN.

La muestra que pude verse en el MUBA se inicia con una serie de retratos familiares entre los que figuran, aparte de algunos autorretratos, las imágenes de sus padres y abuela, su esposa Palmira y sus tres hijas.

Sin ser tema principal en su producción artística, se exhiben varios bodegones, unas veces reducidos a un solo elemento, otras con varios sobre una mesa e incorporando paisajes al fondo, y también algunas escenas interiores y callejeras, parte de ellas de total actualidad inspiradas en su viaje a la India.

Pero Antonio Gallego Cañamero es pintor esencialmente paisajista. Su personalidad destaca en el panorama de la pintura actual, sobre todo por su interpretación del paisaje extremeño, como los de La Serena o el Valle del Jerte, nevadas invernales, primaveras, campos de girasoles y amapolas, ocres otoñales de las cepas y, especialmente, los estíos dorados de los trigales, rastrojeras quemadas, mieses, surcos, llanuras infinitas bajo cielos grisáceos. En definitiva, son las estaciones las que imponen sus colores y éstos las que las definen de forma contundente.

A estos paisajes realistas, en los que dominan la soledad y el silencio, la tranquilidad y el sosiego, Cañamero contrapone el paisaje imaginado, duro, onírico, donde la desolación y la degradación causado por el hombre resultan inquietantes. Destrucción, contaminación ambiental, degradación de la naturaleza, cuadros que convierten la belleza inicial heredada en espacios dantescos e inhabitables. La síntesis es una denuncia ecológica, un anuncio de lo que podemos destruir con nuestras actuaciones.

Como un paréntesis en su producción pintó la serie sobre tauromaquia. En estos cuadros de toros se incluye, a veces, la figura humana y el caballo. Y, sobre todo, la bravura del animal, la nobleza del equino y el esfuerzo del picador. Resuelve estos temas el artista con escenas muy próximas, llenas de fuerza, vigor y movimiento a través de un dibujo firme y expresivo, de pincelada breve y colores oscuros.

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