MÉRIDA, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
Dos varones de 24 y 35 años de edad, respectivamente, vecinos de Madrid, han sido detenidos en un área de servicio de la autovía A-5 a la altura de Navalmoral de la Mata (Cáceres), acusados de un delito de maltrato animal, por su presunta implicación en una pelea de gallos.
Ambos fueron identificados en un control de la Guardia Civil la madrugada del pasado 2 de febrero cuando se desplazaban en un vehículo en cuyo interior portaban un gallo con heridas en la cabeza, el cual ha sido entregado a un centro de recuperación animal.
Los ocupantes del vehículo, que levantaron las sospechas de los agentes por su forma de actuar al observar la presencia de los mismos, llevaban en la parte trasera del vehículo un cajón tapado con telas, en cuyo interior portaban un gallo con graves heridas en la cabeza.
Aunque no indicaron el lugar de donde procedían, reconocieron a los agentes que habían estado en una pelea de gallos, donde el animal había participado y le habían ocasionado "múltiples heridas", informa la Guardia Civil en una nota de prensa.
De forma inmediata, se realizaron las gestiones oportunas para la intervención y posterior traslado del animal hasta un Centro de Recuperación, donde ha quedado depositado para recibir el tratamiento y curas adecuadas a las lesiones que presentaba.
Los ocupantes del vehículo fueron detenidos y puestos a disposición de la Autoridad Judicial como supuestos autores de un delito de maltrato animal, con la agravante de la participación de un gallo en una pelea, hecho que puede conllevar penas de prisión.
Las peleas de gallos están prohibidas, perseguidas y penadas por el vigente Código Penal, siendo un delito de maltrato animal, con la agravante de exponer al animal a "recibir múltiples heridas y finalmente la muerte", ya que en la mayoría de las peleas clandestinas en las que "suelen mediar apuestas, el combate suele ser a muerte".
En algunos de ellos se les dota de espolones metálicos para causar el mayor daño al oponente, lo cual supone un "evidente caso de maltrato animal, sumamente brutal, cruel y devastador para las criaturas", un "sufrimiento" que reporta "importantes cantidades de dinero a los entrenadores, propietarios y público" que participa en las apuesta, indica la Guardia Civil.
