Los "empalaos" recorren las calles de Valverde de la Vera (Cáceres) en acto de penitencia

Actualizado: viernes, 10 abril 2009 13:34

Caminan descalzos, con la cara cubierta y llevando unas cadenas colgadas de los brazos, con espadas cruzadas en la espalda y sujetas a la cabeza con una corona de espinas

MÉRIDA, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Canto de la Pasión interpretado por mujeres del pueblo da el pistoletazo de salida a la importante noche de Pascua en la localidad cacereña de Valverde de la Vera. Como cada Jueves Santo, alrededor de una decena de hombres, los "empalaos", recorren las calles veratas en acto de penitencia durante el Vía Crucis.

Todo empieza a la salida de la iglesia una vez el reloj marca las doce de la noche. Aparece la Cofradía de la Pasión de Jesucristo y Hermanos Empalaos, acompañada de un grupo de mujeres del pueblo, cantando y recitando. Juntos realizan el Vía Crucis y las distintas estaciones en las 14 cruces distribuidas en diferentes calles de Valverde.

A la misma hora, empieza el calvario de los "empalaos" que salen de su casa, a oscuras, con la indumentaria ya puesta. Estos penitentes van descalzos, con la cara cubierta y llevando unas cadenas colgadas de los brazos, aliñado con sendas espadas cruzadas por la espalda y sujetas a la cabeza con una corona de espinas.

Vestidos con enagua blanca, soga de cintura al torso y un madero detrás de la nuca, les siguen los cireneos, generalmente algún familiar que porta un farolillo y les acompañan durante el camino y en las paradas. Durante gran parte de la noche, Valverde es un ir y venir de hombres crucificados que salen a distintas horas de los puntos de la ciudad más diversos para llevar a cabo su particular camino del Calvario.

Además de los "empalaos", de los cofrades y de las mujeres mayores que narran la pasión, participan también mozas jóvenes. Son las nazarenas, muchachas descalzas, con mantilla negra, túnica malva y madero.

Los motivos de ambos, "empalaos" y nazarenas, son las promesas, cuentan en el pueblo. No son pocos quienes se emocionan con ellos e incluso sueltan alguna lágrima al verlos pasar llevando a cabo su sacrificio.