MÉRIDA, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
El 'Prometeo' estrenado este miércoles en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida presenta la duda del titán de la mitología griega sobre si ha merecido la pena entregar el fuego al hombre, y con él la sabiduría y las artes a los "miserables" mortales, o abandonar sus convicciones para evitar el implacable castigo del dios Zeus.
Luis García Montero firma el texto de esta quinta obra que se estrena en la 65 edición del Festival de Mérida, y que dirige José Carlos Plaza, quien no dudó en reconocer tras el estreno, recibido con una gran ovación por el público, que ha sido el "mejor" que ha tenido en sus manos a lo largo de toda su trayectoria teatral, pero también el "más difícil".
Un texto que sobre la escena se apoya fundamentalmente en Lluís Homar, que puso en pie a los espectadores que dejaron pocos asientos vacíos en el Teatro Romano de Mérida en su estreno, acompañado por Amaia Salamanca y Fran Perea, que le da la réplica como Prometeo en su juventud.
Y es ahí donde radica la principal novedad de la apuesta de García Montero en su versión libre sobre la tragedia de Esquilo. Dos Prometeos en escena y al mismo tiempo, enfrentando cara a cara el vigor de la juventud y la sabiduría de la experiencia.
La escena se desarrolla al completo en el "desván de la historia", un remoto lugar al que es condenado Prometeo tras robar a los dioses el fuego para entregárselo a los hombres, y en el que se mantiene con vida una eternidad encadenado a una roca sirviendo de alimento a las águilas apoyado en la esperanza de que un día nacerá el hombre que acabará con Zeus.
Tras la obra, que permanecerá en cartel hasta el próximo domingo, 28 de julio, y a la que, entre otras personalidades ha asistido el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, el director del espectáculo ha calificado de "excepcional" el texto firmado por García Montero.
"Ha sido el mejor texto que he tenido en mi vida nunca. El más difícil, también", ha señalado un emocionado Plaza tras el "bajón" del estreno en Mérida, a la que dijo tener "enraizada" en su alma, por ser la parte del teatro que le une a "tantos siglos de teatreros".
Asimismo, ha señalado que este Prometeo, del que ha destacado el papel que realiza el coro, es una función que considera "necesaria" ahora porque habla sobre "creer en el ser humano", lo cual es algo "tan difícil en este momento".
El autor, por su parte, ha reconocido que la discusión entre el Prometeo joven y el anciano tiene mucho que ver con sus propias dudas y las discusiones que mantiene consigo mismo.
García Montero ha señalado que después de vivir la "suerte" de estar en el Festival de Mérida por segunda vez y de disfrutar de un nuevo trabajo junto a José Carlos Plaza, así como de compartir esta experiencia con el elenco de esta obra, ha dicho que Prometeo "hizo muy bien" en entregar el fuego a los seres humanos "porque la vida merece la pena, y porque la esperanza es casi un sentido común".
En esta misma línea, el actor Lluís Homar, quien ha compartido las palabras del director sobre el coro, que es el que ha marcado "el camino de la exigencia", ha señalado que cuando tenía la edad del Prometeo joven estaba convencido de que no merecía la pena creer en el ser humano, pero ahora, a los 62 años, sí lo hace.
También ante los micrófonos ha intercambiado una palabras con Fran Perea: "Ha sido un placer compartir contigo el Prometeo. El fuego que a mí me falta lo tienes tú", ha bromeado. "Tú tienes la templanza que yo no tengo", ha replicado el joven actor. Por su parte, Amaia Salamanca se ha ofrecido para firmar ya para volver a trabajar con Plaza y García Montero.
Completan el reparto Fernando Sansegudo como Océano, Israel Frías como Hermes y Alberto Iglesias en el papel de Hefesto. El coro está integrado por otros cinco actores: Javier Ruiz Alegría (Fuerza), Jorge Torres (Crueldad), Marco Pernas (Violencia), Montse Peidro (Compasión) y Rocío Marín (Libertad). Las Oceánides las representan Jesús Lavi y Yashmin Zamani.
Paco Leal firma la escenografía, en la que destacan las proyecciones de imágenes sobre la escena del monumento emeritense; la música es de Mariano Díaz y el vestuario es un diseño de Pedro Moreno y Gabriela Salaverri.
