MÉRIDA, 20 Oct. (EUROPA PRESS) -
Una veintena de personas se ha reunido este sábado en Badajoz para constituir la entidad autonómica de Amnistía Internacional (AI) en Extremadura en una asamblea constituyente en la que se han debatido y aprobado los estatutos, así como la creación de tres equipos de trabajo que velarán por la defensa del derecho a la salud, educación e igualdad.
Según ha expresado el recién elegido coordinador de AI Extremadura, que hasta ahora era coordinador del grupo de AI Cáceres, Alejandro Corchado, esta nueva entidad, que se suma a las 10 ya existentes en el conjunto del Estado español, supondrá un "impulso al trabajo de denuncia, investigación, formación y defensa de los Derechos Humanos en Extremadura".
Con ella, que reúne ya a casi 800 socios en la región, sus activistas quieren ser el "referente en la protección de los seres humanos frente a las violaciones de derechos que se produzcan en Extremadura y en todo el mundo" y, para ello, ejercerán "presión" al Gobierno autonómico en las materias en las que éste sea competente, informa Amnistía Internacional en nota de prensa.
Para ello, se ha previsto la creación de tres equipos de trabajo, cuyos responsables velarán por la defensa del derecho a la salud, la educación y la igualdad entre hombres y mujeres, para lo cual los ahora activistas de AI Extremadura emprenderán acciones de captación de otros nuevos en los próximos meses, con el fin de que se sumen a dichos grupos de trabajo.
Además, AI Extremadura, que hasta ahora ha contado con la participación de sus socios a través de los grupos locales de Badajoz y Cáceres y el universitario, prevé la visita de defensores de derechos humanos a Extremadura, movilizar a la sociedad civil y dirigirse al gobierno y a empresas para que rindan cuentas, tal y como lo hace Amnistía Internacional en España y en el resto de países del mundo donde la organización está presente.
Desde la independencia y el activismo que caracteriza a AI, su coordinador en Extremadura propone "dar la oportunidad" a los ciudadanos de la región para que "desde cualquier ciudad o pueblo y con más o menos tiempo, se conviertan en un motor de cambio para luchar por un mundo mejor, donde los derechos humanos sean una realidad tangible".
