Actualizado 18/12/2008 22:40

Cultura y Fomento colaborarán para superar el "abandono" del Monasterio de Melón y hacerlo "visitable"

Galicia Actual

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 18 Dic. (EUROPA PRESS) -

La Consellería de Cultura y el Ministerio de Fomento colaborarán para recuperar el Monasterio de Santa María de Melón (Ourense), declarado bien de interés cultural en la categoría de monumento, y hacerlo "visitable".

Para este fin, el Consello de la Xunta autorizó hoy la firma de un convenio de colaboración por valor de un total de 1,6 millones de euros que suscribirán el director xeral de Patrimonio Cultural, Felipe Arias, y la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez.

El departamento gallego se compromete a aportar el 40 por ciento del presupuesto total (693.458 euros) mientras que el Gobierno estatal asume el 60 por ciento restante (946.277 euros) a cargo del 1 por ciento cultural.

Las obras, que se desarrollarán en 2009 y 2010, se centran en la consolidación estructural del monasterio, muy deteriorado en la actualidad, en estado de abandono por la maleza y con piezas arquitectónicas esparcidas por el suelo del recinto.

Así, con esta actuación se busca dotar de estabilidad la construcción, de manera que sea posible la visita de sus dependencias mediante un recorrido guiado en que estén garantizadas las condiciones de seguridad. Entre estos trabajos de consolidación destaca el remonte del claustro, actualmente derribado.

UN ESPLENDOR PASADO

Los orígenes de esta iglesia, ligado a la orden del císter, son confusas pero ya en el siglo XII existe constancia de la labor de protección de Fernando II sobre este monasterio. El monarca realiza diversas donaciones y lo exime del pago de ciertos impuestos. Este favor real lo convertiría en uno de los monasterios con mayor poder y propiedades de Galicia.

Su época esplendorosa llegó a su fin en el siglo XVIII, a partir del cual comenzaría un largo período de declive y llegó a sufrir ataques durante la Guerra Carlista y la Guerra de la Independencia. En el siglo XIX se agudizó la deterioración del templo y el abandono provocó el derrumbamiento de la bóveda central y a la paulatina desaparición de los claustros.