Bodegueros de Rías Baixas tienen "dificultades" para encontrar trabajadores para la vendimia

Vendimia en As Rías Baixas
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Publicado: sábado, 8 septiembre 2018 11:28

   Los pocos días de trabajo y los bajos salarios convierten la recogida de la uva en un empleo "poco atractivo"

    VIGO, 8 Sep. (EUROPA PRESS) -

   Bodegueros de la D.O. Rías Baixas han alertado sobre las dificultades con las que cuentan a la hora de encontrar personal para la vendimia, y han planteado que dichos problemas se han ido incrementando en los últimos años, coincidiendo con la recuperación económica y el descenso en el número de parados.

   Las condiciones específicas de la labor de vendimia hacen que resulte un trabajo "poco atractivo", ya que se trata de contratos temporales para unos pocos días o, en el mejor de los casos, varias semanas, dependiendo de las dimensiones de la bodega y de los viñedos.

   Así lo ha trasladado, en declaraciones a Europa Press, Antonio Ruiloba, socio de Bodegas La Val, quien ha subrayado que "cada año es más difícil conseguir un bloque de gente que haga un trabajo muy concreto, en un momento muy concreto". "Este año además, se suma el problema de que la vendimia se ha retrasado y los estudiantes, que son uno de los colectivos que suele participar en estas tareas, ya han comenzado las clases", ha añadido.

   "Hace unos años, en plena crisis, mucha gente venía a la bodega a pedir trabajo. Había vendimias en que teníamos 300 o 400 currículos, y hemos pasado del exceso de oferta a que nos cuesta encontrar gente", ha abundado Ruiloba, y así lo han confirmado a Europa Press portavoces de otras bodegas, como Terras Gauda o Marqués de Vizhoja.

   El director financiero de ésta última, Roberto Gómez, ha admitido que "en los últimos años" han tenido dificultades para completar los equipos de recogida de uva y, de hecho, este año, en vísperas de la vendimia, todavía quedan algunos puestos vacantes.

   VENDIMIAS CORTAS y "SALARIOS BAJOS"

   Antonio Ruiloba ha admitido que la D.O. Rías Baixas tiene desventajas con respecto a otras zonas geográficas, en el sentido de que hay más propietarios de viñedos y las explotaciones "siguen el modelo de minifundio". Por tanto, las vendimias "son más cortas", aunque se hacen de forma manual.

   Todos estos condicionantes tienen como resultado un trabajo con jornadas de 8 horas, durante apenas unos días, y con salarios "bajos" que se calculan en función del Salario Minimo Interprofesional. "Es que es un trabajo de baja cualificación", ha justificado Ruiloba quien, no obstante, ha explicado que las labores de vendimia suelen incluir algún tipo de formación en la propia explotación.

Roberto Gómez, asimismo, ha constatado que "el consumo y la desaceleración económica se están corrigiendo" y, por tanto, "la gente tiene otros trabajos más duraderos". "Nosotros contratamos para entre 7 y 10 días, es lógico que si tienes trabajo más estable no vengas a vendimiar", ha aseverado.

   En la misma línea, el socio y responsable del departamento comercial de la Bodega As Laxas, Rubén Simón, ha confirmado que "cada año, la oferta de trabajadores es más limitada". Aunque, en el caso de esta empresa, no han tenido problemas para reclutar personal --porque "siempre" trabajan "con la misma gente"--, ha reconocido que la despoblación del rural y el contexto económico están influyendo en las dinámicas de la vendimia.

SOLUCIONES DE FUTURO

   El portavoz de Bodegas La Val ha apostado por "abrir un debate" para encarar "soluciones de futuro", ya que la escasez de personal en vendimia se repetirá con toda probabilidad el año próximo y, quizá, los siguientes.

   A ese respecto, ha señalado que, en las bodegas de la D.O. Rías Baixas, "apenas hay vendimiadores extranjeros", tan solo un pequeño porcentaje de trabajadores procedentes de Portugal. Así, la recogida de la uva suele llevarse a cabo por personal local, de los pueblos y comarcas próximos a las bodegas.

   También Roberto Gómez ha apuntado que "los trabajadores suelen repetir" en un 70 por ciento, porque "son gente de la zona" y, según ha indicado, el perfil es muy variopinto: estudiantes, desempleados, e "incluso algún jubilado ha pedido participar, aunque no pueda".

   Entre las posibles soluciones de futuro, el portavoz de Marqués de Vizhoja ha reconocido que "se ha llegado a plantear" la posibilidad de organizar traslados en autobús de cuadrillas de vendimiadores procedentes "no de fuera de Galicia, pero sí de otras áreas geográficas" dentro de la comunidad autónoma. "A lo mejor necesitamos recurrir a esa vía, si sigue este descenso en la oferta de trabajadores", ha admitido, y ha añadido que, este año, la bodega cubrirá sus necesidades, pero "no se sabe qué pasará dentro de unos años".

PROFESIONALIZAR E INCENTIVAR

    Rubén Simón, de Bodega As Laxas, ha admitido que "el sistema de vendimia se tendrá que profesionalizar más". Una posibilidad, ha afirmado, puede ser "crear cuadrillas de gente de fuera", algo que posiblemente acabará pasando "a largo plazo".

   No obstante, y aunque las dificultades para encontrar vendimiadores son comunes a muchas bodegas, otras empresas han confirmado que no se han encontrado con ese obstáculo ni este año, ni en vendimias anteriores. Es el caso de la bodega Santiago Ruiz, donde la recogida de la uva se lleva a cabo por una cuadrilla "especializada" con la que trabaja "año tras año", según han trasladado fuentes de la empresa, que han precisado que cuentan incluso con "personal de reserva".

   Finalmente, el presidente de la Asociación Galega de Vicultura, Roberto Rivas, ha apelado a la administración para que arbitre medidas que permitan modificar el modelo de contratación. Así, ha reclamado "incentivos" para que el trabajo de la vendimia resulte "más atractivo" para empleados y empresas.

   Rivas ha constatado que, cada año, hay más dificultades para contratar a personal, y ha precisado que, desde el punto de vista económico, con los precios que se pagan por el kilo de uva (entre 1 y 1,20 euros) "no se puede pagar más" a los vendimiadores.

   A ello se suman otros inconvenientes, como el "complejo" sistema de contratación, por pocos días, o la posibilidad de problemas adicionales: "si en plena vendimia llueve, tienes que parar, dar de baja a los trabajadores y volverlos a dar de alta en uno o dos días".