Rural.- García (UUAA) ve "compatible" libre mercado con negociación de precios y niega que agricultores sean "parásitos"

Actualizado: domingo, 14 febrero 2010 11:05

Cree próximo un cambio normativo que garantice la negociación colectiva en el agro y aboga por que UUAA sea una organización agraria del rural

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -

El secretario xeral de Unións Agrarias (UU.AA.), Roberto García, consideró "compatible" el respecto al libre mercado con unas "ciertas normas de juego" que garanticen "transparencia" en la formación de los precios de los productos agropecuarios, así como la negociación de esas cotizaciones, al sostener que se trata de "la nómina de agricultores y ganaderos" y de una cuestión de cubrir los costes de producción.

En una entrevista concedida a Europa Press, el responsable de la organización agraria negó que agricultores y ganaderos sean "parásitos subvencionados", una percepción que, a su juicio, tiene la opinión pública y que rechazó al recordar que los profesionales del agro desean "vivir exclusivamente de la remuneración justa" de sus productos.

"Si se suprimen de forma total las subvenciones, probablemente, el primero que va a pagar puede que sea el ganadero, pero el segundo que paga de forma directa es el consumidor", aseveró, al tiempo que explicó que, sin las ayudas públicas percibidas por un ganadero, la carne se encarecería hasta los 25 o 30 euros el kilo. "A mí --al ganadero-- me sería igual de rentable o más, pero tengo dudas de que muchos trabajadores con salarios de 800 y 900 euros pudieran consumir carne", aseguró.

En esta línea, defendió la capacidad de "regular" y "reequilibrar" la cadena de producción agropecuaria para que los profesionales tengan asegurada la cobertura de sus costes de explotación y puedan abastecer el mercado de alimentos de calidad y "con todas las garantías sanitarias".

"No puede ser que el fenómeno de la competitividad ciega me lleve a no tener siquiera garantizados los costes de producción para que yo tenga la tentación de reducir gastos imprescindibles para la seguridad alimentaria", advirtió, para reivindicar, además, el reconocimiento de la función de agricultores y ganaderos como "gestores del territorio y el medioambiente". "Donde no existe actividad agroganadera existen tierras y aldeas abandonadas, fuego", insistió, tras recordar el elevado gasto generado por la extinción de incendios.

CAMBIO NORMATIVO "A PUNTO" DE CONSEGUIRSE

García, que opta a su quinta reelección como secretario xeral de UU.AA --organización a la que está vinculado desde su constitución en 1983-- en un congreso que se celebrará entre el viernes y sábado de la próxima semana, cree que uno de los déficits arrastrados sin solución desde hace 30 años ha sido, precisamente, la falta de capacidad de negociación colectiva de los precios agrarios "en pie de igualdad con las industrias", una carencia común, como apuntó, en los países de la UE.

No obstante, el líder sindical agrario confió en que el cambio normativo preciso para regular los márgenes comerciales y garantizar unos precios que garanticen la cobertura de costes de producción está "a punto" de ser conseguido a través de los contactos mantenidos entre las organizaciones profesionales y cooperativas y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

SECTOR ESTRATÉGICO

El que ha sido secretario xeral de Unións Agrarias desde hace 23 años, resaltó la necesidad de reconocer el carácter estratégico del sector agrario y ganadero para la soberanía alimentaria del país, aunque, más si cabe, su labor "imprescindible" en el territorio. Así, recordó que si en la década de los 80 Galicia registraba unos 400.000 activos en el campo (entre el 12 y 13 por ciento de su población activa), esa cifra ronda hoy los 85.000.

"Tenemos que hacer un esfuerzo importante dada la elevada edad media de los productores y las dificultades en el relevo generacional para que no se enciendan todas las luces de alarma", defendió para apostar por la rentabilidad económica de la actividad agropecuaria, la dignificación de la profesión y la vida en el entorno rural y el reconocimiento de agricultores y ganaderos como "aliados" del consumidor".

"No pretendemos encarecer los productos agroalimentarios, sino que haya una cierta transparencia en la formación de precios, en los márgenes comerciales", señaló, para contrastar que, si bien 2009 fue el "peor año" de la historia de la ganadería, las industrias lácteas registraron el ejercicio "mejor de los últimos 20 años". "A mí --al ganadero-- me bajaron un 30 por ciento el precio de la leche y al consumidor le subieron entre un 4 y 5 por ciento", reiteró.

ORGANIZACIÓN AGRARIA DEL RURAL

Respecto a las prioridades de su candidatura para asumir la dirección de Unións Agrarias durante los próximos cuatro años, García apuntó la "obligación" de "liderar" una posición "novedosa", que consiste, como precisó, en trasladar "a la ley y a la explotación" la negociación colectiva de los precios.

En esta línea, señaló, además, la mejora de las rentas y condiciones de vida en el rural, la dignificación de la profesión, la lucha contra "el pesimismo generalizado", el reconocimiento del papel de la mujer y la vinculación en la comercialización de los productos agrarios.

Así, aspiró a "modernizar" Unións Agrarias para que sea una "herramienta útil" tanto para agricultores y ganaderos como para la "gente que vive en el rural". García señaló que, aparte de los 13.000 productores afiliados al sindicato; unas 10.000 mujeres están vinculadas a la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur); 562 explotaciones afectadas por los aprovechamientos energéticos en Ventonoso y más de 90 comunidades de montes en Asefoga (Asociación Sectorial Forestal Galega), además de un colectivo de mujeres autónomas que constituyó una plataforma para comercializar sus productos artesanos on line.

Entre los retos de UU.AA. en el medio y largo plazo, García confió en lograr que la representación agraria "no esté cuestionada", circunstancia que vinculó a los medios de comunicación más conservadores, al sostener que el agricultor carece de capacidad de negociación con las industrias a las que compra (abonos, piensos o fertilizantes) o que le adquieren sus productos.