Innova.- Técnicos de la USC trabajan en el desarrollo de un sistema fiable para detectar toxinas marinas

Actualizado: lunes, 23 octubre 2006 20:45

Se trata de biosensores ópticos que sustituirían a los bioensayos con ratones

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -

Un equipo de investigadores del Departamento de Farmacología de la Facultad de Veterinaria de Lugo, perteneciente a la Universidad de Santiago, se encuentra trabajando en el desarrollo de un sistema fiable que permita detectar toxinas marinas, según avanzó en un comunicado la propia USC.

Los técnicos se centran en el desarrollo de biosensores ópticos para la detección de toxinas liposolubles, denominadas así porque se disuelven en compuestos orgánicos y en grasas. Estas toxinas son abundantes en Galicia, de ahí el interés por desarrollar nuevos sistemas para detectarlas.

La investigadora principal del proyecto, la profesora Mª Carmen Louzao Ojeda, explicó que "uno de los problemas fundamentales para el cultivo de bivalvos en Galicia son los episodios tóxicos provocados por el fitoplancton marino", situaciones que "conllevan pérdidas cuantiosas en los cultivadores y en las industrias del sector ya que, para salvaguardar la salud pública, el marisco intoxicado no se puede recoger ni vender".

La investigadora recordó que, por motivos de seguridad alimentaria, se establecen unas concentraciones máximas de toxina admisibles en los bivalvos. Además, "existen unos sistemas de control para evitar la comercialización de productos alimenticios con niveles de toxinas superiores a los permitidos".

El equipo investigador apuntó que la aparición de nuevas toxinas liposolubles complica el control de estas toxinas en el marisco, puesto que los métodos oficiales (bioensayos en ratones o en ratas) no son lo suficientemente sensibles para discriminar entre tantas toxinas. Además, por motivos éticos se propone la sustitución de los bioensayos en ratones por técnicas alternativas.

TOXINAS DIARREICAS

Las toxinas liposolubles más comunes son las diarreicas, que producen trastornos gastrointestinales y desencadenan las mareas rojas. Además, en los últimos tiempos están apareciendo con frecuencia otros tipos de toxinas liposolubles: las yesotoxinas, las pectenotoxinas y los azaspirácidos. El conocimiento del lugar en el que actúan es fundamental para el desarrollo de cualquier método de detección. En esta línea, el equipo de la USC ha identificado recientemente algunas de las dianas farmacológicas de estas toxinas.

Los investigadores esperan que esta técnica sea de gran interés para las industrias relacionadas con el pescado y el marisco fresco, además de las conserveras. El objetivo final del proyecto es disponer de un sistema de biosensores ópticos para cada toxina, es decir, se trata del desarrollo de un procedimiento que permite detectar la unión de cada una de las toxinas con su diana celular, lo que facilitará su detección.

Se resolverían así los problemas que generan los falsos positivos detectados con los bioensayos en los sectores relacionados con el pescado, el marisco y la industria conservera. Por otro lado, los científicos de la USC destacaron que estos biosensores paliarían la ausencia de métodos in vitro para una gran cantidad de toxinas liposolubles.

DETECCIÓN EN INDUSTRIAS

La profesora Mª Carmen Louzao manifestó que la aplicación más importante de los biosensores ópticos es el desarrollo de métodos de detección de toxinas liposolubles, tanto en las industrias relacionadas con el pescado y marisco fresco y en conserva, como en laboratorios de control de toxinas. "La demanda del sector industrial de este tipo de técnicas, alternativas a las técnicas in vitro, es enorme, ya que el coste del bioensayo es muy alto, tanto por su realización como por su lentitud", señaló la profesora.

Asimismo, explicó que "el bioensayo, tal como está definido en la actualidad, funciona bien para las toxinas diarreicas y puede detectar todas las liposolubles, pero se incorporan falsos positivos debido, entre otras, a la presencia de yesotoxinas aptas para el consumo". Además, para las toxinas de reciente aparición no existen sistemas de control rutinario.

El equipo de investigación de la USC ha desarrollado otros métodos aceptados a escala internacional e incluso patentados para detectar in vitro, "con facilidad, bajo coste y rapidez" diversas toxinas. En este sentido, los investigadores consideran que la probabilidad de éxito en el desarrollo de biosensores ópticos para toxinas liposolubles es alta. Además, "una vez puesto a punto el método con los biosensores se podrían desarrollar chips para este método", concluyó.