Los acusados de asaltar un piso en Vigo niegan agresión y robo y dicen que fueron a por 2 baúles suyos

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EUROPA PRESS/REMITIDO
Actualizado: lunes, 8 diciembre 2014 5:08

La víctima dice que le "obligaron a trabajar" en la venta de drogas y cuando dijo que lo quería dejar le amenazaron hasta asaltar su casa

VIGO, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los tres hombres acusados de entrar a punta de pistola en un piso de Vigo en 2013 para cobrar una deuda han alegado que sólo fueron a la vivienda a buscar dos baúles que pertenecían a uno de ellos pero que no se llevaron nada ni hubo gritos o violencia, y han negado cualquier vinculación con el consumo y el tráfico de drogas.

Los tres acusados, Julio José G.G., Agustín I.R., y Luciano Agustín L.S., han llegado este martes esposados y escoltados por agentes de Policía Nacional a la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en la ciudad de Vigo, donde han explicado que acudieron hasta el domicilio de la víctima, Jacob A., para recoger unos baúles propiedad de Luciano, que estaban allí porque éste había vivido en el sitio durante un tiempo.

Así, han manifestado que durante el supuesto asalto, Agustín se quedó fuera del apartamento, mientras los otros dos entraron a recoger los baúles con ropa de invierno. Sin embargo, como éstos se encontraban cerrados con llave, han aseverado que se marcharon y no se llevaron nada de la casa, donde tampoco supieron que hubiera alguien además de Jacob.

Por su parte, la víctima, que es consumidor de drogas, ha asegurado que conoce a Julio y Luciano porque se dedicaban "a las cosas del tráfico" de estupefacientes y le "obligaron a trabajar con ellos" en la venta de drogas y en los cobros de deudas. Según su versión, cuando les dijo que no quería seguir haciendo estos trabajos los varones le pidieron dinero y le dijeron que los tenía que "indemnizar".

De esta forma, ha mantenido que el día del asalto Agustín llamó a la puerta de su casa --donde se encontraban también su expareja y su hijo de un año-- haciéndose pasar por policía para poder acceder, momento en que los otros dos acusados entraron armados, le apuntaron con las pistolas, le golpearon, le "desmantelaron" la casa y se llevaron portátiles, joyas y una cámara de vídeo.

En sus exposiciones previas, todos los abogados defensores han pedido la libre absolución de sus defendidos y han solicitado la nulidad de las intervenciones telefónicas y de los registros alegando que suponen una vulneración de los derechos de sus clientes, nulidad que la sala ha descartada al entender que los autos están "motivados".

La Fiscalía pide para los tres hombres penas que suman más de 30 años de cárcel, 2.000 euros en multas, y una indemnización para la víctima y la madre de su hijo de 450 euros, además de la devolución del valor de los objetos robados. Así, pide para Luciano 15 años y tres meses, para Julio José 10 años y tres meses de cárcel y para Agustín 4 años y nueve meses.

PINCHOS, ROPA, DEUDAS Y DROGAS

Los acusados han negado cualquier relación con el consumo y la venta de drogas, y Luciano y Julio han comentado que venden ropa deportiva que compran en Portugal y revenden a particulares. Así, en relación a la droga --más de siete gramos de cocaína-- y a los útiles para el pesaje y corte de la droga que fueron hallados por la Policía en el registro de la vivienda de Luciano, éste ha dicho que los encontró en una caja dentro de sus baúles y "no sabía lo que era", y ha apuntado a que "podía venir" de la víctima.

Por su parte, entre las pertenencias de Julio la policía halló unas notas con nombres y números, como 'Francia 60', 'Zapatos 70', 'Heineken 60', unas notas que la fiscal ha relacionado con deudas por la venta de drogas pero que, según Julio, son anotaciones de lo que gasta y debe a familiares, conocidos y clientes de su trabajo por poner cámaras de videovigilancia.

Sobre este tema, la Fiscalía ha pedido este martes escuchar en la sala una conversación que habría mantenido Luciano con otro varón, 'Richi'. Así, durante la llamada, uno de ellos señala que probaron "aquello" y querían "más", lo que el acusado ha justificado en que habían ido a una degustación de pinchos y tapas.

Algo similar ocurrió en otra conversación telefónica, cuando una persona le preguntó a Julio: "¿Si voy me consigues algo rico?". Sobre ello el acusado ha dicho que era porque iban a comer y ha recriminado que "es muy fácil aquí pensar que se habla de droga" en la conversación.

Asimismo, en otra llamada, otro hombre propuso a Luciano quedar para devolverle un dinero que supuestamente le debía su hijo desde hacía un año. "Carlos no puede tomar eso que está tomando, Carlos no te obliga a dárselo", decía el padre a Luciano, quien ha argumentado que la deuda era porque había adelantado un pago por 15 días que Carlos había residido en un hotel en el que trabajaba.

LA NOCHE DE LOS HECHOS

Según el escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, los tres acusados se presentaron, en la madrugada del 1 al 2 de junio de 2013, en un piso de la calle Vilagarcía de Arousa de Vigo. Agustín, el único de los acusados al que no conocía la víctima, llamó al timbre identificándose como policía.

Este acusado, que ha asegurado que nunca ha tenido una placa de policía, ha explicado que ese día quedó con los otros dos acusados y con el hijo de Julio y fueron hasta el piso, aunque no sabía por qué. "No me dijeron por qué tenían que ir", ha insistido el hombre, que ha añadido que sólo escuchó "algo de una ropa" y dijo no estar "seguro de si había o no deuda" y, por tanto, de "si la cobraron o no".

El ministerio fiscal mantiene que, cuando el morador del piso, Jacob, abrió la puerta, los otros dos acusados se abalanzaron sobre él, mientras lo encañonaban con sendas pistolas, le golpeaban y le pedían dinero. En el momento de los hechos, se encontraban también en el piso el hijo de la víctima (un bebé de un año) y la madre del menor ya que, según Jacob, ese día le tocaba visita.

La víctima ha desmentido que llegase a vivir en algún momento con Luciano o que le hubiese guardado los baúles, y ha insistido en que durante un tiempo estuvieron amenazándole con matarle a él y su familia, hasta que el día de los hechos, Julio y Luciano entraron en su vivienda, le amenazaron con armas --con las que le apuntaron a la cabeza--, le golpearon y le robaron.

La fiscal sostiene que los asaltantes se llevaron del domicilio varias llaves, unas esposas, 300 euros en efectivo, documentación personal de la víctima, y una cámara y un ordenador portátil pertenecientes a una amiga de éste. El vecino atacado resultó con una contusión en el labio y un episodio de ansiedad; asimismo, la madre del hijo de ambos también sufrió una crisis de ansiedad.

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