Adega ve contaminación en "todos los ríos" del entorno de la mina de Touro y los dueños de los terrenos lo niegan

Terrenos de la mina de Touro
EUROPA PRESS - Archivo
Actualizado: lunes, 4 junio 2018 19:14

   Las cuatro empresas que operan allí afirman que "la presencia de algunos metales en las aguas se debe a la propia litología del terreno"

   SANTIAGO DE COMPOSTELA, 4 Jun. (EUROPA PRESS) -

   La asociación ecologista Adega asegura que las analíticas de Augas de Galicia reflejan "la contaminación de todos los ríos en torno a la mina de Touro-O Pino".

   Este colectivo solicitó al ente autonómico información el pasado 9 de abril, según indica, para conocer las analíticas realizadas en los puntos de control de vertidos, de aforo, de calidad de aguas y captaciones, entre otros aspectos.

   A la vista de los datos recibidos, señala Adega que "se puede concluir que la práctica totalidad de los cursos de agua que rodean la antigua explotación minera de Touro-O Pino muestran contaminación por metales pesados y alta acidez".

   Afectan, según dice, "a la calidad de las aguas superficiales y soterradas en una extensión mínima de 65 kilómetros cuadrados en el entorno de la mina, al menos desde los últimos 10 años".

   Los terrenos de la antigua mina son objeto de polémica por las consecuencias que tuvo en el pasado la explotación de cobre en este lugar y porque dos empresas (Atalaya Mining y Explotaciones Gallegas) pretenden impulsar de nuevo la actividad minera en la zona.

   De hecho, para este domingo 10 está convocada una manifestación en Santiago para exigir que no se autorice el nuevo proyecto, cuyos responsables han lanzado precisamente este lunes un vídeo (bajo el lema 'A Maioría Silenciosa') en el que vecinos de Touro y O Pino expresan su apoyo a la propuesta minera.

LO QUE DICEN LOS DUEÑOS DE LOS TERRENOS

   Por su parte, los dueños de los terrenos niegan la información de Adega. Se trata de cuatro empresas que operan allí y que se aglutinan en lo que autodenominan centro de valorización ambiental (son la propia Explotaciones Gallegas, que fabrica áridos; una empresa de tecnosoles, otra de reciclaje de plásticos y una de base tecnológica de análisis sobre residuos).

   Estas compañías, en un comunicado de prensa emitido este lunes a modo de réplica, destacan que "la presencia de algunos metales en las aguas se debe a la propia litología del terreno, no a la antigua actividad minera".

   "En ningún caso el cadmio, arsénico, mercurio y plomo pueden proceder de la mina porque no existen niveles anómalos en el yacimiento de los mismos", subrayan.

   Además, advierten de que "Augas de Galicia no ha confirmado la contaminación de los ríos del entorno" y señalan que "tan solo ha remitido numerosos datos de muestreo que han sido interpretados de manera tendenciosa y sesgada por Adega".

LOS DATOS

   En su nota, Adega comenta los datos obtenidos de Augas para cada una de las estaciones de control y así, en primer lugar, sobre aguas soterradas alerta de que la calidad ambiental es "muy baja" por la presencia de determinadas sustancias.

   "El punto al que hacen referencia se localiza fuera del perímetro de la mina y aguas arriba de la misma. Esto implica que las aguas de este punto no pueden estar afectadas por la mina. En algunos elementos los valores ya tienen concentraciones superiores a los límites legales que únicamente se explican por la propia litología del terreno", responden las citadas compañías.

   En segundo término, acerca de las aguas superficiales para consumo humano, los ecologistas sostienen que "la peligrosidad, persistencia y carácter bioacumulable de algunos metales pone en cuestión la calidad de los suministros locales".

   A este respecto, las empresas de valorización ambiental llaman la atención sobre que elementos a los que se refiere Adega "no son bioacumulables" y también indican que "no tienen una toxicidad elevada y su concentración siempre está relacionada con la litología del terreno". "Estas muestras son tomadas en el río Lañas antes de que el riachuelo Barral se incorpore al mismo y, por tanto, antes de cualquier posible afección de la mina", añaden.

   Para el tramo medio del río Lañas, la asociación ecologista apunta a sustancias que "no cumplen con los criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano" y avisa de que "para su utilización en el suministro doméstico se necesitaría de una intensa depuración".

   "Los datos de las múltiples mediciones realizadas en el río Ulla son concluyentes acerca de la no existencia de afección ni contaminación por metales en el mismo", replican las firmas.

   Sin embargo, según los ecologistas, "en el río Ulla aparecen importantes concentraciones (...)" que "confirman la movilización de importantes cantidades de metales por la red fluvial tributaria desde las antiguas cortas mineras".

   Adega también alude a la cuenca del río Brandelos, con "una intensa contaminación", y a la del río Lañas de nuevo, con "una problemática similar".

   A mayores, alerta del "fracaso de los tratamientos de regeneración de los riachuelos contaminados por la ría", pues los resultados analíticos de canales sometidos a estos "muestran --según Adega-- la persistencia de altos niveles de metales pesados incluso después de los supuestos tratamientos".

   El autodenominado centro de valorización ambiental recuerda que "ha reconocido con anterioridad la afección en los regatos Angumil, Portapego y Felisa, con bajo caudal --incluso alguno de carácter estacional--, en los que --según argumenta-- no se ha podido completar el plan diseñado para la mejora de las aguas" por "la aparición de una gran biodiversidad de organismos extremófilos" (microorganismos que nacen y viven en condiciones extremas).

CONCLUSIONES

   Por un lado, Adega concluye que la mina, "aún cerrada, es la principal fuente de contaminación por metales pesados del Ulla", y exige a Augas y a la Consellería de Medio Ambiente "que deniegue la autorización del nuevo proyecto minero y depure las oportunas responsabilidades por la continua contaminación de las aguas durante años".

   Por su parte, los dueños de los terrenos ven demostrado que "a pesar de las concentraciones de metales contenidas en el Lañas y Pucheiras, antes de que las aguas que provienen de la mina se incorporen a los mismos, los análisis del río Ulla muestran valores normales y dentro de todos los límites admisibles".

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