El alcalde de Poio (Pontevedra) llama a la calma tras ser agredido por vecinos contrarios al realojo de familias gitanas

Actualizado: miércoles, 26 marzo 2008 20:13

La Asociación del Pueblo Gitano pide al Gobierno que las fuerzas de seguridad actúen "con contundencia contra los violentos"

PONTEVEDRA, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -

El alcalde del municipio pontevedrés de Poio, el nacionalista Luciano Sobral, se mostró hoy "sumamente preocupado" por el cariz que ha tomado el rechazo vecinal al realojo de las familias gitanas de O Vao, y llamó de nuevo a la paz social para "posibilitar el diálogo desde la tranquilidad".

Sobral rechazó la posibilidad de denunciar las agresiones físicas y verbales de que fue objeto anoche tras un pleno en el ayuntamiento. "Hablando se entiende la gente, pero no con gritos y actitudes como las que personalmente acabo de sufrir", manifestó el alcalde en referencia a los insultos, gritos y agresiones de que fue objeto por parte de un grupo de vecinos de los barrios de Monteporreiro y Caritel en Pontevedra y Ponte Caldelas, respectivamente.

Los hechos sucedieron en el transcurso de una concentración de unos 200 vecinos que se desplazaron a Poio con motivo de la celebración de un pleno ordinario para exigir, por escrito, el compromiso de que en estos barrios no se realojará a ninguna familia gitana procedente del poblado chabolista de O Vao.

Tras reiterar Sobral que está trabajando en el tema, pero que no puede comprometer nada más, los vecinos le esperaron a la salida del pleno y le recibieron en medio de una crispación que obligó a la Guardia Civil a protegerle hasta su domicilio, en un coche patrulla que fue rodeado y zarandeado por los vecinos.

"No quiero ni pensar qué pasaría si la otra parte, las familias gitanas, adoptan la misma actitud que los vecinos que se concentraron anoche ante el Ayuntamiento de Poio", señaló el alcalde.

ACTUACIÓN "CONTUNDENTE".

Por su parte, el presidente de la Asociación del Pueblo Gitano, Sinaí Giménez, pidió al subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Delfín Fernández, que las fuerzas de seguridad actúen con "contundencia contra los violentos".

Giménez, que recordó que en el poblado de O Vao viven 500 gitanos y en Monteporreiro cerca de 400, aseguró estar "muy preocupado" por la radicalización del problema, porque teme que "puede desembocar en un grave enfrentamiento entre payos y gitanos que no se limitará a dar portazos"

Según manifestó Sinaí, "la situación aún puede ser mucho peor y dar lugar a una guerra si, en respuesta a lo que hacen los payos, los gitanos se ponen a defender a sus familias".

Como portavoz del colectivo gitano, Sinaí Giménez desveló que ha acudido a la justicia para poner lo sucedido en conocimiento de la Fiscalía. "El único camino que nos queda es la justicia, para que pongan a los violentos a disposición judicial", aseguró y añadió que no sólo denunciaron estos hechos, sino también "los aporreos en las puertas y los petardos que tiran los vecinos en las viviendas de las familias gitanas a las dos de la madrugada".

CONDENAS.

Asimismo, el alcalde de Ponte Caldelas, Perfecto Rodríguez (PP), condenó la violencia que los vecinos ejercida contra el alcalde de Poio y reiteró que "la única manera de calmar" este conflicto es la "vuelta atrás en los realojos". Al respecto, consideró que "se han hecho mal desde el principio generando un problema mayor de lo que representaba la demolición de unas chabolas".

Además, el regidor popular indicó que entiende que la actitud de la Vicepresidencia de la Xunta en este asunto "lavándose las manos" no beneficia "para nada" la solución al conflicto.

Los tres partidos políticos que integran la corporación municipal de Pontevedra, BNG, PSOE y PP, también condenaron la agresión al primer edil de Poio e insistieron en que "la violencia nunca puede ser el recurso a utilizar para conseguir unos objetivos".

Por su parte, el vicepresidente de la Diputación de Pontevedra, el 'popular' José Manuel Figueroa, evitó condenar expresamente la agresión al alcalde de Poio y se limitó a culpar a Vicepresidencia y Vivenda de "estar al margen de los problemas reales de la gente".

Figueroa instó a las administraciones con responsabilidad en este asunto, especialmente a la Xunta de Galicia, a resolver el conflicto "de una vez por todas dejando de lado la publicidad y el marketing".