Ángeles Grobas, auxiliar de enfermería ingresada por covid-19 y dada de alta: "Tardaron cinco días en hacerme el test"

Ángeles Grobas, Auxiliar De Enfermería Del Hospital Clínico De Santiago, En Una Foto Cedida A Europa Press Tras Concederle Una Entrevista. Estuvo Ingresada Por Coronavirus Y Ahora Se Recupera En Su Casa.
Ángeles Grobas, Auxiliar De Enfermería Del Hospital Clínico De Santiago, En Una Foto Cedida A Europa Press Tras Concederle Una Entrevista. Estuvo Ingresada Por Coronavirus Y Ahora Se Recupera En Su Casa. - CEDIDA/ÁNGELES GROBAS
Publicado: sábado, 28 marzo 2020 12:57

   Admite que tiene "miedo" de volver a trabajar: "Sinceramente, sí"

   SANTIAGO DE COMPOSTELA, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Ángeles Grobas es auxiliar de enfermería en la Unidad Respiratoria y Cirugía Torácica del Hospital Clínico de Santiago. Cuatro mañanas, dos tardes y una noche después de pasar por la planta en la que hay enfermos con Gripe A, Gripe B y otras dolencias de esta magnitud, esta sanitaria empezó a encontrarse mal, pero no tenía los síntomas que se consideran frecuentes de coronavirus.

   Precisamente por eso no le hacían el test, ha asegurado en declaraciones a Europa Press esta auxiliar de enfermería que "cinco días" después de estar "tirada" en la cama de su casa, consiguió que le hiciesen la prueba al lado del hospital del Hospital Gil Casares, de forma ambulatoria. El único día que fue a trabajar con lo que en ese momento era una sinusitis fue la noche del jueves 12 y el viernes 13 por la mañana empezó a encontrarse peor. Luego acudió al PAC y trató de ponerse en contacto, sin éxito, con la línea 900. Al final recurrió al 061 para explicar su situación y le recomendaron que se quedase en su casa.

   Dos días después de que le hiciesen la prueba (el miércoles 18 le practicaron el test), acabó ingresada en el mismo hospital donde trabaja, ya que sus constantes, que se las autocontrolaba desde casa, no estaban niveladas y había perdido capacidad de respiración --la saturación le había bajado y le costaba respirar--. Ahora, en su recuperación ya en casa, también sigue controlando sus salud con el sistema Telea, en el que se registra la temperatura y la saturación de oxígeno.

   "Mi primera preocupación eran mis compañeros, desde el primer momento y cuando estuve ingresada. Y también era saber dónde me contagié yo", ha aseverado en declaraciones a Europa Press Ángeles Grobas, quien ha reconocido que fue "muy duro" tener que superar esta situación en la habitación del hospital donde desarrolla su profesión. También ha reconocido que tiene "miedo" de volver al trabajo: "sinceramente, sí, porque hemos tenido recortes tanto en personal como en material, porque hasta ahora hemos estado trabajando con mascarillas de quirófano (no las que tienen el filtro). Y somos el personal sanitario que está más pegado al enfermo".

   Ahora ha salido del hospital. Concretamente, el pasado miércoles 25 pudo llegar a su casa, donde convive con su hija de 21 años, para quien consiguió que le hiciesen la prueba, que dio negativo. Su mayor preocupación durante todo el tiempo que no le hicieron el test eran sus compañeros y los pacientes, aseguró, puesto que ella sospechaba que había un "foco" de infección en la planta y no se había adoptado ninguna medida. Le practicaron la prueba cinco días después, y al sexto día de empezar a notar síntomas, el test arrojó positivo por coronavirus, momento en que "aislaron" a compañeros.

   En el relato que ha trasladado a Europa Press, Ángeles Grobas explicó que todo empezó 13 de marzo --día en que decretó el estado de emergencia sanitaria en Galicia-- tras haber trabajando desde el 5 de marzo --cuatro mañanas, dos tardes y una noche--. Antes había estado de vacaciones preparando las oposiciones de su especialidad, a las que se presentó junto a más de 8.000 asistentes --la mayoría mujeres-- en un examen multitudinario en Silleda que tuvo lugar el 29 de febrero de este año. En esa fecha no se conocía todavía ningún caso positivo por coronavirus en Galicia, el primero fue confirmado el 4 de marzo y se corresponde con un chico procedente de Madrid, pero en esas oposiciones también "vino gente de todas partes de España", recuerda Grobas.

   Esta auxiliar de enfermería relata que a ella se le "inflamaron los ganglios" y que los primeros síntomas que tuvo fueron sinusitis y un "gran dolor de cabeza". Llamó tres días seguidos a la línea 900 habilitada para el coronavirus, pero "nadie cogía". "Fue toda una odisea", ha contado.

   Cuando empezó a encontrarse mal (el viernes 13 tras salir de trabajar después del turno de noche) acudió al PAC con su mascarilla, para evitar "contagiar" si se trataba de coronavirus. "Yo les decía que era más serio de lo que me decían. Intentaba explicar que mi preocupación era no transmitir la enfermedad a mis compañeros ni pacientes", ha explicado Grobas, quien también perdió "olfato" y el sentido del "gusto", entre otros síntomas. Sin embargo, no superó los 37,5 grados de temperatura y apenas tuvo tos, pero "sí mucho dolor muscular, como si me pasase un camión" y dolores conocidos como "piquete" --punzantes en cadera y rodillas--.

   Finalmente consiguió contactar con el Sergas a través del 061, el propio día 13. Explicó sus síntomas y en qué trabajaba, y pidió que le hiciesen un test, pero no se lo prescribieron. Luego se puso en contacto con el departamento de Medicina Preventiva del hospital, que le indicó que se quedase en casa y que el médico de cabecera le diese la baja, que se la otorgó inicialmente como gripe común. "No me hicieron caso", ha lamentado Grobas, quien dijo que durante ese tiempo solo se medicó con "paracetamol y antigripales", que era como "tomar agua".

   Hasta el miércoles 18 estuvo en casa. Luego se puso en contacto con un amigo médico de urgencias, que le comenta el protocolo: los test "solo a los que están graves, con fiebre altísima y tos, o que hayan viajado a Madrid o sean transportistas" (o profesión similar). "A mí no me pueden hacer la prueba, llevaba cinco días tirada y no podía seguir así, mi miedo era contagiar", ha insistido.

   Consiguió ponerse en contacto con la doctora Teijeiro, de Medicina Preventiva, a la que "agradece" su atención y trato. "Yo sabía perfectamente que el foco tenía que estar en la planta, o de algún compañero o algún acompañante que había venido de Madrid o enfermo de fuera". Fue así como consiguió que le hiciesen el test (el 18): "la prueba dio positivo y mandaron a muchos compañeros míos para casa". El resultado del test lo obtuvo al día siguiente.

SEIS DÍAS INGRESADA

   Pero finalmente su estado clínico aconsejaba el ingreso. "Al principio dije que no, pero después tenía la tensión muy elevada y me mareaba y dije que sí. Me mandaron una ambulancia, vinieron ya preparados porque di positivo y me estaban esperando en la quinta planta", ha relatado.

   Tras seis días ingresada (entre el 20 y el 25), la radiografía salió bien. "Estoy muy contenta, hay gente que está peor que yo", ha manifestado, pero ha advertido: "esto no es una gripe, esto es muy serio; va a repercutir económicamente en la sociedad, sí, muchísimo. Pero lo primero es la salud, si no tienes salud, no vas a trabajar".

   Grobas considera que hay que "cerrar las fábricas", mantener solo los servicios esenciales abiertos, incluidos los estancos (por las patologías asociadas --entre las psiquiátricas-- que pueda tener parte de la población fumadora), y salir a la calle "solo a comprar alimentos y farmacia y volver para casa".

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