El arzobispo de Santiago muestra su "preocupación" por la tendencia a "eliminar los símbolos religiosos de la sociedad"

Actualizado: sábado, 30 diciembre 2006 19:07

Considera que ignorarlos "sería desnaturalizar y empobrecer indebidamente la vida social"

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 30 Dic. (EUROPA PRESS) -

El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, manifestó hoy su "preocupación" ante "determinados planteamientos tendentes a eliminar los símbolos religiosos de la sociedad" y añadió que la "dimensión religiosa no debe ser considerada como un simple reconocimiento individual relegado al ámbito privado".

En su homilía celebrada hoy en la catedral compostelana con motivo de la conmemoración de la traslación de los restos del Apóstol a Santiago, Barrio insistió en que a la religión "ha de reconocérsele como presencia comunitaria pública".

Así, afirmó que "ofrecer lo propio en un contexto plural, religiosa y culturalmente, no tiene por qué ofender a nadie" y advirtió de que "ignorar" esa manifestación pública de la religión "sería desnaturalizar y empobrecer indebidamente la vida social y ética sin los valores específicos de cada pueblo y cultura".

En este sentido, recordó que "la opción de la fe cristiana nunca ha sido fácil" y señaló que "también hoy en algunos ambientes resulta difícil manifestarse como cristiano". "Es urgente señalizar el camino de la peregrinación de la vida cristiana cuyas huellas no siempre respetamos e incluso pretendemos borrarlas, olvidando nuestros orígenes", aseveró.

DIOS EN EL CENTRO

El arzobispo de Santiago insistió así en que los cristianos están "obligados a colaborar al bien de la sociedad y a la solución de los más hondos problemas" de la actualidad, pero matizó que ese "bien no se hace como esclavos", sino por la existencia de "una responsabilidad con respecto al mundo".

En esa línea, añadió que "no se puede pasar por delante de las situaciones injustas", tales como "la pobreza, conflictos sociales, marginación y cultura de la muerte, manifestada también en el terrorismo, que no puede ser nunca justificado por ninguna circunstancia ni por ningún resultado". "Todos esos problemas sólo se pueden resolver si se pone a Dios en el centro, si Dios resulta de nuevo visible en el mundo", apostilló.

ACTOS DE LA JORNADA

Los actos conmemorativos de la Ofrenda Nacional al Apóstol comenzaron a las 11.30 con la llegada a la Plaza del Obradoiro del presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, que acudió en calidad de delegado regio.

Inicialmente, estaba previsto que presidiera los honores militares y pasara revista a la tropa, si bien la meteorología adversa, marcada por lluvias y fuertes ráfagas de viento, obligaron a suspender esta previsión.

Así, Touriño se limitó a saludar, acompañado por el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, a las autoridades asistentes, entre los que se encontraba la presidenta del Parlamento de Galicia, Dolores Villarino, concejales del ayuntamiento, con la excepción de los nacionalistas, al igual que acontenció con el bipartito, del que no se personó ningún responsable nacionalista.

Acto seguido, el delegado regio se dirigió hacia el Pórtico de la Gloria, donde fue recibido por una Comisión Capitular que lo trasladó, junto a las demás autoridades, a la Capilla de las Reliquias, donde los saludó el arzobispo de Santiago antes de que se pusiese en funcionamiento el botafumeiro.

Tras los distintos ritos litúrgicos y las intervenciones del propio Touriño y de Julián Barrio ante el Apóstol Santiago, el presidente autonómico se dirigió de nuevo al ayuntamiento, donde firmó en el Libro de Ouro e intervino ante los presentes para condenar nuevamente el atentado de Barajas, así como para manifestar su satisfacción por la celebración de la traslación.

A las 14.00 horas Julián Barrio ofreció un almuerzo en San Martín Pinario y, aunque inicialmente estaba prevista la presencia de Touriño, éste finalmente no acudió para poder mantener una comunicación continua con Moncloa en relación al atentado de la T4.