Caza
EUROPA PRESS/CAZAVISION
Actualizado: lunes, 19 noviembre 2012 19:56

Ve una "actividad muy segura" en comparación, por ejemplo, con la conducción, aunque admite que "el hombre vulnera normas"


SANTIAGO DE COMPOSTELA, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -

El vicepresidente de la Federación Galega de Caza, José Luis Valcárcel Yáñez, ha asegurado este lunes que la caza es una actividad "muy segura" en comparación con el balance de accidentes de otros ámbitos, como la siniestralidad vial, al tiempo que ha afirmado que en España y, en particular, en Galicia, existe ya una "reglamentación muy estricta" y abundantes directrices de seguridad.

En una rueda de prensa ofrecida en Santiago a raíz del fallecimiento este fin de semana de dos jóvenes cazadores en sendas batidas en Vila de Cruces (Pontevedra) y Vilalba (Lugo), José Luis Valcárcel ha rechazado que deba haber "alarma social" ante estos sucesos, dado que la siniestralidad de la caza es "muy baja", en comparación, por ejemplo, con los accidentes de tráfico.

En este sentido, ha asegurado que la caza dispone ya de una "reglamentación muy estricta", tanto en el ámbito de la obtención del permiso de armas y del permiso de caza --para lo que son necesarios dos exámenes--, como en las directrices de seguridad que se deben seguir durante su práctica.

"Es un accidente, desgraciadamente, como le puede suceder a un alpinista, a alguien que hace puenting o a un conductor que lleva una moto al doble de la velocidad permitida", ha explicado el vicepresidente de la Federación, quien, aunque ha recordado que los dos fallecimientos están bajo "investigación", ha reconocido que "el hombre vulnera normas" y, "bien por desidia o bien por descuido, puede causar un accidente".

El vicepresidente de la Federación ha apuntado que, en el año 2011, los 21.479 federados en Galicia registraron únicamente una víctima mortal en esta actividad, igual que en 2010. En los años 2009, 2008 y 2007, sin embargo, no hubo que lamentar ninguna víctima, ha precisado.

MEDIDAS DE SEGURIDAD

José Luis Valcárcel ha recordado que desde la Federación Galega de Caza se llevan adelante "constantes" campañas para difundir el uso de medidas de seguridad estrictas.

En particular, se ha mostrado proclive al uso del chaleco reflectante --o prenda visible-- para aumentar la visibilidad de los cazadores, algo que en la actualidad no es obligatorio pero que estará introducido como norma en la nueva Ley de Caza que prepara la Xunta. Aún así, ha afirmado que esto "tampoco es garantía" por las propias características del bosque en Galicia, con cambios de rasante, vegetación frondosa y numerosos caminos y recodos.

"En las cacerías en las que yo participo, las normas de seguridad se cumplen", ha explicado Valcárcel, en referencia a cuestiones como el chaleco o la asignación de puestos previa al inicio de la cacería, de los que los cazadores no deben moverse para no se confundidos con animales.

Asimismo, ha incidido en el aumento de seguridad que ha supuesto la popularización del uso de emisoras, que permiten avisar de si algún cazador se mueve, si se finaliza la batida o si alguien se encuentra indispuesto y debe abandonar.

El vicepresidente de la Federación ha hecho referencia al decálogo del cazador seguro, que implica "el sentido común y la prudencia" como sus "dos pilares". Además, es necesario mantener las armas en buen estado; nunca cargar el arma hasta llegar al puesto de caza; asegurarse de descargar el arma antes de manipularla, al saltar un vallado, atravesar un regato o cuando se transite por caminos con riesgo de tropezar; no quitar el seguro al arma hasta que se aviste la pieza claramente; procurar que, en el caso de fallar, la munición no salga rebotada; no disparar sobre piezas que salen en cambios de rasante; o usar chalecos o ropa de colores vivos, entre otras cuestiones.

Aunque los dos casos están aún bajo investigación, José Luis Valcárcel ha apuntado que en el caso de Vilalba todo "parece apuntar" a que fue un accidente en el que al joven se le disparó el arma fortuitamente, mientras que en Vila de Cruces ha aventurado que, por las características del disparo, podría tratarse de un impacto por el rebote de una bala en otro elemento.