El jefe de la misión de la Brilat en El Líbano se muestra "satisfecho" y destaca que el país está "estable y en calma"

Actualizado: domingo, 16 agosto 2009 14:19

Familiares y amigos reciben a unos 140 militares "nerviosos, pero contentos" tras cuatro meses "de lenta espera"

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 16 Ago. (EUROPA PRESS) -

El jefe de la Brilat en El Líbano, el general José María Prieto Martínez, se mostró hoy "muy satisfecho" a la llegada del contingente español al aeropuerto de Lavacolla, en Santiago de Compostela. "Hemos cumplido con éxito nuestra misión", destacó e informó de que la situación actual del país es de "calma y estabilidad".

En concreto, en la capital gallega aterrizó un grupo de unos 140 soldados de la Brigada de Infantería Ligera 'Galicia' VII (Brilat), con base en Figueirido (Pontevedra). Aunque su llegada desde Beirut --capital libanesa-- estaba prevista para las 8.00, la niebla la retrasó hasta las 9.05 horas.

Así, Prieto indicó, en declaraciones a los medios a su entrada en la terminal uno, que "ahora sólo quedan 400 soldados por venir" de los 1.100 que se encontraban en El Líbano, y que lo harán en dos rotaciones. "La semana que viene estaremos todos aquí", apuntó, para tomarse unas "merecidas vacaciones" durante las que el mismo número de efectivos los sustituirá en la zona.

El contingente, que ejecutaba la resolución 1701 del Consejo de Naciones Unidas --relativa al alto el fuego de la Guerra entre Israel y Líbano de 2006--, desarrolló trabajos de patrullaje en la frontera entre ambos Estados con el objetivo de que "no se produzcan hostilidades", resaltó.

RELACIÓN CON LA POBLACIÓN CIVIL

Asimismo, subrayó la labor conjunta en puestos fijos con las fuerzas libanesas, con las que aseguró estar "perfectamente integrados". Por otra parte, Prieto llamó la atención sobre la "muchísima relación" que tuvieron con la población civil libanesa, que es "algo fundamental" en este tipo de misiones.

Al final de estos cuatro meses, el general recibió "felicitaciones" por parte del jefe de la fuerza y de "todas" las autoridades civiles de la zona, por lo tanto, concluyó, la "misión se cumplió" y están "muy satisfechos".

Sobre la situación en El Líbano, Prieto vio que "está como estaba antes", en su anterior misión de 2007, y la calificó de "tranquila y estable", aunque resaltó que se producen "puntuales focos de tensión". De vez en cuando, "hubo alguna tensión" que debió ser controlada por las tropas, pero "la norma" fue la estabilidad, reiteró.

"Los temas son los mismos, los focos de atención son los mismos", explicó, en un escenario en el que "a veces sube un poco el nivel problemático", lo que ejemplificó con las violaciones del espacio aéreo por parte del Estado israelí o incluso con los cruces de frontera por parte de pastores.

LABOR DE INTERMEDIACIÓN

En esos casos, la Brilat tiene que ir allí, establecer contacto con las fuerzas y "calmar los ánimos de la gente", apuntó. "Nuestra misión es ser intermediarios entre unos y otros y lo hemos hecho maravillosamente bien", aseveró a continuación.

Por otra parte, respecto a los recientes atentados en Herat y Kabul, a cuatro días de las elecciones en Afganistán, Prieto rechazó cualquier repercusión en El Líbano, ya que estos sucesos "no influyen", sino que sólo provocan que se eleve la alarma en el Estado en cuestión.

"Nosotros hemos estado en el grado amarillo de alerta y en ningún momento pasamos al rojo o a amarillo plus", incidió, señal que certifica "tranquilidad y calma". En este nivel "no hay ningún problema" y los vehículos, por ejemplo, no tienen que salir en pareja y pueden hacerlo sólos, explicó.

Durante su estancia, el militar reivindicó la preparación previa del contingente, que "sirvió para que la misión se haya llevado con éxito". De esta forma, resaltó que no hubo incidentes, ni accidentes especiales, "ni nada que destacar", con lo cual vuelven a casa "contentos y satisfechos".

RECIBIMIENTO DE LAS FAMILIAS

En este sentido, hizo hincapié en la "alegría" que observó en las caras de los familiares y amigos de los militares, que recibieron al contingente visiblemente emocionados y "contentos". "Como decía el día que nos íbamos, las caras de tristeza ahora son de alegría, y tendremos unas merecidas vacaciones", concluyó, para en octubre "volver a estar al 100 por cien en la brigada".

Por su parte, los allegados de los militares, que esperaban en el aeropuerto desde minutos antes de las 8.00 horas --para cuando se preveía el aterrizaje del vuelo, que se retrasó-- coincidieron en manifestar, en declaraciones a Europa Press, sus "nervios" y "ganas" de ver a los soldados.

Así, la mujer de José María, una de las más madrugadoras, fue a recibirlo con su hija, que la semana que viene cumplirá dos años y a la que vistió con una camiseta con el mensaje 'Bienvenidos a casa... y a mi papá más'. "La niña sabe que pasa algo, le preguntamos quién viene y dice que papi", destacó, tras confesar que durmió sólo dos horas y media "con los nervios".

A su lado, la mujer de Pedro manifestó estar "menos nerviosa" pero "más cansada", a pesar de dormir cuatro horas. "¿Si tengo ganas de que lleguen? ¿No se me nota?", proclamó.

NERVIOS Y EMOCIÓN

También muy nervioso se mostró el novio de Adriana, una militar de 25 años que reside en Vilagarcía de Arousa y con la que habló "frecuentemente" durante su estancia en El Líbano "vía chat, por internet". Según dijo, "ahora sólo quiero que llegue".

Los padres de Javier, que tiene 30 años, hablaron por teléfono con él "cada día" y aseguraron que "siempre" les decía que se encontraba bien, "fuera cierto o no", por dejarles tranquilos. "Nosotros tenemos ganas de verle, pero él también", subrayó su madre.

El hijo y la mujer de Óscar --de Ourense-- y el padre y los amigos de Daniel --de Pontecaldelas-- expresaron a Europa Press su "felicidad" por la llegada de sus familiares. "Estamos encantados, estos días se pasaron muy lentos pero ahora ya están con nosotros y todo está bien", sentenció la hermana de Ángel, un coruñés de 35 años.

A su entrada en la terminal, los militares fueron recibidos con besos, abrazos y algún lloro por los familiares, entre los que destacó un grupo de niños que sujetó una pancarta con el lema 'Bienvenidos, os hemos echado mucho de menos'.