El menor dijo a la Policía que le pegaba de forma habitual, pero después precisó que le daba "a veces un cachete o un golpe suave"
A CORUÑA, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Juzgado de lo Penal número 1 de A Coruña decidió hoy continuar el próximo 12 de julio a las 11.30 horas la vista contra el padre acusado de propinar una "brutal" paliza a su hijo adoptivo de 13 años por una mentira del menor referente a un trabajo escolar.
Así lo confirmaron fuentes del juzgado, una vez que tanto el padre como la madre del menor prestaron declaración hoy a puerta cerrada, y a la espera de que el niño relate delante del juez su versión de los hechos. Tanto el acusado como la abogada del hombre y la mujer rechazaron hacer declaraciones a los medios al abandonar el juzgado.
La Fiscalía ha pedido un año y tres meses de alejamiento y 70 días de trabajos en beneficio de la comunidad para el acusado de los hechos, así como la privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante dos años.
Según manifestó hoy la Sección de Violencia sobre la Mujer de la Fiscalía Provincial de A Coruña, la agresión "excede por mucho" el supuesto de corrección, después de que el parte médico recogiese policontusiones y las fotografías del mismo, resulten "alarmantes" para, según añadió, apreciar que no se trata de un "simple tortazo".
Asimismo, el relato del fiscal sostiene que el imputado pegó a su hijastro el pasado 18 de junio durante el trayecto del instituto a su domicilio y en el garaje del edificio en el que viven donde, según la Fiscalía, le tiró del pelo y lo golpeó en la cara, en una pierna, en el cuello y en el costado izquierdo.
Además, el escrito fiscal añade que, cuando se disponían a coger el ascensor del inmueble, el padre empujó al hijo contra la pared y le pegó una patada.
"UN CACHETE O UN GOLPE SUAVE"
Por su parte, el menor relató a la Policía que su padrastro le pegaba de forma habitual y que también agredía a otros miembros de la familia.
Sin embargo, el niño se negó después a contar lo que había pasado en el coche, pero sí reconoció que el imputado le daba "a veces un cachete o un golpe suave".
