A CORUÑA/PONTEVEDRA, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Consellería de Medio Ambiente aclaró que no ha dado autorización a la aceitera Bunge para vaciar 18.000 metros cúbicos de aguas fecales en la ría coruñesa de O Burgo, sino que les ha dado un mes de plazo para que presenten un plan que frene estos vertidos.
Fuentes de la Consellería señalaron a Europa Press que se le concedió a la empresa una licencia medioambiental llamada Autorización Ambiental Integrada, necesaria para mantener abierta la fábrica, pero condicionada a que presenten en el plazo de un mes un plan que frene la emisión de sus vertidos y que debe ejecutarse antes de dos meses.
De hecho, las mismas fuentes informaron de que, de no hacerlo, la empresa podría enfrentarse a una multa de hasta 200.000 euros y, si continúa con los vertidos, incluso perder la licencia, lo que conllevaría el cierre de la fábrica.
Precisamente, el conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, pidió, en declaraciones a los medios en Pontevedra, a los vecinos de la ría de o Burgo "un poco de memoria histórica" para recordar que hace tan sólo tres años el actual Gobierno gallego recibió un país "medioambientalmente destrozado".
"METE EL DIENTE"
"La gente de A Coruña y la gente de la Ría de O Burgo sabe que la primera vez que hay un Gobierno que le mete el diente a la ría es desde que estamos gobernando nosotros", aseguró Vázquez y puso como ejemplo "sanciones con mucha contundencia a todos los que están pasando del tema".
Manuel Vázquez afirmó que "se heredó un país donde la política medioambiental era echar todo al mar o al río" y añadió que "algún día alguien tendrá que explicar cómo, a estas alturas de la película después de gastar millones de euros en fondos estructurales en la ría de O Burgo, todavía hay que ir con el sistema terciario".
El titular de Medio Ambiente aseguró, asimismo, que a finales del 2008 "va a estar licitado y en obra el 100 por cien de la depuración de la ría de O Burgo". ACEITERA
La aceitera Bunge, ubicada en la localidad coruñesa de Carballo, vierte a diario hasta 18.000 litros de aguas fecales, 6.000 de manera directa y otros 12.000 por filtraciones después del paso por una fosa séptica procedentes de los vestuarios y las oficinas de la empresa.
La polémica surgió a raíz de una publicación en la que se aseguraba que Medio Ambiente estaba permitiendo dichos vertidos. Un hecho que "indignó" a los mariscadores de la ría, que amenazaron incluso con manifestarse de no impedirse el desecho de fecales.
