El Nobel de Química Tomas Lindahl advierte que hay un "hueco" para invertir en ciencia

El Nobel de Química Tomas Lindahl
El Nobel de Química Tomas Lindahl - EUROPA PRESS
Publicado: martes, 19 noviembre 2019 13:54

   Valora el "esfuerzo" de Santiago para investigar en este ámbito y afrontar problemas como cáncer, envejecimiento y demencias

   SANTIAGO DE COMPOSTELA, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -

   El premio Nobel de Química Tomas Lindahl ha apuntado este martes en Santiago al "hueco" que dejan Estados Unidos, hasta ahora potencia, y el Reino Unido, debido a las consecuencias del Brexit, como "oportunidad" para invertir en ciencia en el ámbito biomédico.

   Al respecto, en rueda de prensa, ha valorado el "esfuerzo" que hace una ciudad como Compostela en esta materia, "importante" para afrontar problemas como el cáncer, el envejecimiento y las demencias.

   Debido a la "inusual" situación en la que el país presidido por Donald Trump ha reducido de manera notable su inversión, el "testigo" lo está cogiendo China, ha indicado Lindahl.

   De ahí que haya llamado la atención sobre la "oportunidad para cubrir ese hueco" que tienen otros países de Europa y, en concreto, se ha referido a la capital gallega, donde se ha mostrado "encantado" de estar, participando en el programa 'Conciencia' de la Universidade de Santiago de Compostela (USC).

"PROGRESO" EN EL ESTUDIO DEL CÁNCER

   Presentado por el físico y divulgador Jorge Mira, responsable de este programa, Tomas Lindahl ha respondido a las preguntas de los medios de comunicación sobre las soluciones a enfermedades como el cáncer y la demencia.

   Es "difícil poner una fecha" en ciencia básica, según ha constatado, pero en el caso del cáncer es en el que "más progreso" se ha realizado, con el ejemplo concreto del de mama, en el que ha disminuido la mortandad gracias a contar con "buenos modelos" para estudiarlo.

   No ocurre lo mismo con el cáncer de páncreas, por citar otro supuesto, ya que, según ha expuesto el premio Nobel de Química en 2015 por su trabajo en los mecanismos de reparación del ADN, "no se entiende bien su agresividad".

   Los modelos animales tampoco permiten los mismos experimentos en lo que tiene que ver con el estudio de la demencia, por ello este campo es "más difícil".

CRONIFICAR, UN OBJETIVO "MÁS REALISTA"

   En cualquier caso, y ante una cuestión de la prensa, Tomas Lindahl ha subrayado que se pone "demasiado énfasis en la cura" y en el "hacer desaparecer" el cáncer cuando él es más partidario de que se hable de cronificación.

   En algún momento, según ha explicado, es posible que esta enfermedad se equipare a otras como la diabetes del tipo 2, que se puede controlar con medicamentos y permite una cierta calidad de vida. Este objetivo, ha dicho, le parece "más realista".

   De hecho, ha asegurado que la ciencia está "más cerca" de lograr la capacidad de frenar el avance de los tumores, por eso aboga por "no obsesionarse con curar", si no por intentar mantener el desarrollo del cáncer en "niveles bajos".

   Por último, ha afirmado que "claro" que hay hábitos como fumar que aumentan el riesgo de padecerlo, aunque cada uno tiene un riesgo basal determinado.

   En cuanto a factores ambientales que influyan en el desarrollo de una enfermedad de este tipo, ha señalado a la luz solar como "el principal tipo", también debido a la exposición que supone la propia piel.

   Otras radiaciones como los rayos X y las radiaciones cósmicas pueden producir, de acuerdo con sus datos, un 1% de cánceres espontáneos. Con todo, aquella que una persona recibe recomendada por la práctica médica implica, según ha resaltado, "un precio que se puede pagar".

"UNO DE LOS MEJORES BIOQUÍMICOS"

   Lindahl descubrió que el ADN "no era una molécula tan estable como se pensaba" en las décadas de los 50 y 60 del pasado siglo y fue premiado por su investigación sobre los mecanismos que la reparan "constantemente", según ha destacado Mira.

   Junto a él, el profesor de bioquímica y biología molecular de la USC Miguel González Blanco lo ha definido como "uno de los mejores bioquímicos del siglo XX", al determinar que el propio agua que hay en las células funciona como un agente que ocasiona decenas de miles de eventos de pérdidas de información genética al día y estudiar la maquinaria "enorme" que se encarga de corregir esos daños.

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