LUGO, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
El alcalde de Lugo, Xosé Clemente López Orozco, aseguró hoy tener una impresión "agridulce" después de que los vecinos del barrio de A Ponte hayan decidido retomar las movilizaciones por la adjudicación masiva de viviendas a familias gitanas y aseguró que este tipo de conflictos "solo se arreglan sentados en una mesa y dialogando".
Esta semana reanudaban las concentraciones tras de haberlas suspendido a la espera de los resultados de la comisión de seguimiento, en la que participan el ayuntamiento, varias consellerías y asociaciones vecinales y de familias gitanas.
"Tengo una impresión rara y agridulce porque ustedes son testigos también del acuerdo que tomamos en el salón de comisiones con los propios vecinos y a ustedes -por los periodistas- les dijeron que dejaban las manifestaciones", recordó.
Así, Orozco "suplicó" a estos vecinos para "trabajar en paz" y aseguró que "no por gritar más o por manifestarse más se logran arreglar los problemas".
CULTURA.
Por otro lado, después de que la Consellería de Cultura estudie la presentación de un recurso judicial en contra de la urbanización prevista en los terrenos de O Garañón, contiguos a las cuestas del parque, Orozco ironizó sobre este departamento del que dijo que se está "convirtiendo en el gran defensor de Lugo".
No obstante, avisó de que serán los tribunales los que se pronuncien sobre si se puede obrar o no, aunque señaló que una sentencia de un tribunal de Lugo califica estos terrenos como "suelo urbano".
GRAFITEROS.
En otro orden de cosas, el alcalde también participó en la firma de un convenio con Lugocentrum, que es la marca comercial de los centros del casco histórico, por el que el ayuntamiento comprometió una aportación de 15.000 euros.
Tras la firma, Orozco se mostró en disposición de "ganar la batalla" a los grafiteros de la ciudad, a los que advierte que "se perseguirá", al tiempo que avanzó que el ayuntamiento insistirá "en la limpieza y en la seguridad".
