Los partidos ven "ilógicas" más mociones de censura antes de las municipales aunque avisan que "no se pueden descartar"

Actualizado: domingo, 16 abril 2006 18:03

En lo que va de legislatura un total de ocho municipios gallegos cambiaron de alcalde mediante este procedimiento

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -

Los responsables de política municipal de PPdeG, PSdeG y BNG consideran poco probable e "ilógico" que se produzcan nuevas mociones de censura en los ayuntamientos gallegos cuando falta poco más de un año para las próximas elecciones municipales, aunque todos coinciden en afirmar que "no se pueden descartar".

El secretario xeral del PPdeG, Alfonso Rueda Valenzuela, explicó a Europa Press que "lo normal es que no se produzcan" nuevas mociones en la presente legislatura, que ha batido récords ya que hasta en ocho municipios gallegos se produjeron cambios de alcalde por este procedimiento desde el 25 de mayo de 2003, fecha de los anteriores comicios municipales.

Rueda indicó que su formación no ve posibilidades de nuevas mociones ni le parece "lo más conveniente". En trece meses es difícil "rentabilizar la acción de gobierno" para compensar el coste político de este tipo de operaciones, según reconoció en declaraciones a Europa Press el responsable de política municipal del BNG, Roberto Mera.

Pese a informar de que no tienen constancia de que exista "ningún riesgo o sospecha" de mociones en los próximos meses, el propio Mera subrayó en que "no se pueden descartar" porque en la actividad de los ayuntamientos gallegos "la lógica política no siempre es la que impera".

En ese mismo sentido, el secretario ejecutivo de política municipal del PSdeG, Manuel Lagares, coincidió con los otros dos responsables políticos en que no se vislumbra ninguna moción, aunque ello no es motivo para descartarlas. "No creo que se produzca ninguna más, pero en la vida municipal nunca se sabe", aseveró en declaraciones a Europa Press.

BENEFICIO DEL PPDEG

Tanto PSdeG como BNG coincidieron en acusar al PPdeG de haber sido el más beneficiado por las mociones que se produjeron hasta el momento. Así, Roberto Mera denunció que los nacionalistas fueron "víctimas de varias mociones", algunas de ellas "protagonizadas por fenómenos de transfuguismo", como fueron los casos de Carral y Verea.

En ese sentido, Lagares aseguró que "el grupo más beneficiado fue el PP", que según él trató de llevar adelante las mociones de censura "en la mayoría de los casos". Rueda justificó la situación al asegurar que sólo participaron de estos procedimientos "donde no había más remedio" por una cuestión de falta de gobernabilidad.

Así, sentenció que "las cosas han mejorado en todos esos ayuntamientos", pese a lo cual reiteró que "lo normal" debería ser que el acalde elegido finalizase el mandato y la moción de censura sea "una situación excepcional".

Del mismo modo, el responsable socialista coincidió con él en que "las mociones de censura no benefician a nadie", mientras que el nacionalista consideró "absolutamente rechazables" aquellas que se sustentan "sobre la base de tránsfugas o de engaños a los compromisos electorales".

RÉCORD DE MOCIONES

La primera moción de censura se produjo, de rebote, en la localidad ourensana de A Rúa, el 1 de julio de 2003. Tras un error en la votación de investidura que dio la Alcaldía al representante del PP, Avelino García, la mayoría que formaban PSdeG, BNG e independientes otorgó el bastón de mando al representante de estos últimos y actual alcalde, José Vicente Solarat.

Apenas unos meses después, dos ediles del BNG que abandonaban la formación usaron sus votos para dar la alcaldía de Carral (A Coruña) al líder del PPdeG en el municipio, José Luis Fernández Mouriño, censurando al socialista, Juan Manuel Vales. Fue la primera de las varias veces en que el PSdeG acusó al PPdeG de violar el pacto antitransfuguismo.

Ya en enero de 2004, Ramón Rodríguez Ares llegó de nuevo a la alcaldía de Sada (A Coruña) en detrimento del nacionalista Abel López Soto, tras ser aprobada la moción de censura promovida por los ocho ediles del PP con el apoyo del tránsfuga socialista José Luis Santamaría, que fue expulsado de su formación, al igual que el nuevo regidor hubo de salir del PP.

Verín (Ourense) fue la siguiente, en abril, cuando el socialista Emilio González Afonso paso a ser nuevo regidor después de que prosperase la moción de censura suscrita por los tres partidos de la oposición, PSOE, BNG e Independientes, contra el entonces alcalde de este municipio, el popular Juan Manuel Jiménez Morán.

En mayo, los cinco concejales del PP y los cinco de Unión Condado Paradanta dieron la alcaldía de Ponteareas (Pontevedra) al popular Salvador González Solla y retiraron el mando al socialista Francisco Candeira, que gobernaba con el apoyo de dos concejales de su partido y cinco nacionalistas.

Ya a comienzos del verano de 2004, la popular Elena Estévez tomó las riendas del municipio pontevedrés de Bueu gracias al apoyo de los independientes de la localidad, una vez más en contra de un gobierno nacionalista.

La séptima de las mociones se efectivizó el 24 de julio de 2004 en el municipio ourensano de Verea, donde el popular José Antonio Martínez González se hizo con la alcaldía con el apoyo de cuatro concejales del PP y otros dos del BNG, que pasaron a las filas independientes.

La última de las mociones, hasta el momento, se produjo también antes del ecuador de la legislatura, en noviembre de 2004, cuando el también popular Jesús Vázquez Almuiña aprovechó la unión de su grupo con los ediles de Vecinos Independientes de Baiona y los de Coalición Miñorana para sustituir al hasta entonces regidor de Baiona (Pontevedra), el socialista Luis Carlos de la Peña.

NUEVAS POSIBILIDADES

Sin embargo, el caso más llamativo de un cambio de gobierno municipal fue el de Vigo, aunque no hizo falta moción de censura. El entonces alcalde socialista, Ventura Pérez Mariño, no logró el respaldo del BNG a la cuestión de confianza que había presentado y la alcaldía fue a parar a la popular Corina Porro.

Dos años después, Manuel Lagares calificó la situación como "un desalojo" del alcalde socialista y descartó una moción de censura de PSdeG y BNG contra la alcaldesa del PP. De todas formas, el posterior pacto para gobernar la Xunta entre socialistas y nacionalistas sí contribuyó a paralizar desencuentros en otros municipios, donde se busco que las crisis "se resolviesen por el diálogo".

Es el caso de Arzúa, donde recientemente el alcalde del BNG sacó adelante una cuestión de confianza vinculada a la aprobación de los presupuestos, una situación común que, según Roberto Mera, podría ser la causa de nuevas mociones. De todas formas, la ley prohíbe presentar cuestiones de confianza un año antes de las elecciones municipales, por lo que el plazo se agota el próximo 27 de mayo.

Aún así, los tres responsables políticos coincidieron al señalar los municipios en los que sería más probable una moción, aunque también estuvieron de acuerdo en que, una vez ha resistido hasta ahora el gobierno local, lo hará hasta el final de la legislatura. Entre otros, citaron Porriño en Pontevedra y Carballo, Ordes y Boiro en la provincia de A Coruña.

TRANSFUGUISMO

Fuera de las mociones, la elección de alcaldes tras las municipales también deparó sorpresas debido al transfuguismo. En Sarria, una concejala del BNG, Sabela Caldas, rompió el pacto entre nacionalista y socialistas y votó junto al PP para otorgar la alcaldía al líder de Iniciativa Galega, José Antonio García López.

Similar situación se produjo en Oia (Pontevedra), donde un edil del PSOE, que fue expulsado de la formación, apoyó al PP. En Porqueira (Ourense), la que era única concejala del PSOE antes de ser expulsada, Susana Vázquez Dorado, ocupa la alcaldía con el apoyo de cuatro concejales del PP. En Corcubión, dos ediles del PSOE evitaron que el BNG se hiciese con el gobierno municipal.